ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: .../...

.../

Luego pasó por Ramla y llegó a Jerusalén el 4 de septiembre de 1523.

El 5 de septiembre oyó misa en el Convento de Sion, donde estuvieron los franciscanos entre 1335​ y 1551.​ Luego estuvo en el Cenáculo y la Abadía de la Dormición de la Virgen. Pasó la noche en vigilia en el Santo Sepulcro. La tarde del 6 de septiembre recorrió la Vía Dolorosa. El 7 de septiembre estuvo en Betania y en el Monte de los Olivos. Los días 8 y 9 de septiembre estuvo en Belén. El 10 y el 11 de septiembre estuvo por el Valle de Josafat y, tras pasar por el Torrente Cedrón, visitó el huerto de Getsemaní del Monte de los Olivos. El 14 de septiembre partió hacia Jericó y el río Jordán. Luego se planteó quedarse en el convento de Sion pero el provincial se negó a admitirle.​

El 23 de septiembre se dirigió de nuevo a Ramla. Embarcó en Jafa el 3 de octubre y llegó el 14 de ese mes a Lárnaca. Durante su segunda estancia en Chipre visitó una iglesia de los franciscanos en Nicosia. Luego embarcó de nuevo y, a finales de diciembre, llegó a un puerto de la región de Apulia. En enero llegó a Venecia, donde volvió a encontrarse con el español rico que le acogió y esta vez le dio 15 o 16 julios, una moneda que equivalía a un décimo de ducado. Tras atravesar las regiones del Véneto, Emilia-Romaña, Lombardía y Liguria llegó a la ciudad de Génova, donde tomó un barco para Barcelona.​

Decidió estudiar y pensó que podía ayudarle en ello el cisterciense que había conocido en Manresa, pero ya había muerto cuando regresó a Cataluña. En Barcelona, su amiga Isabel le ofreció costearle sus gastos mientras estudiaba y el bachiller Jerónimo Ardevol se ofreció a darle clases gratis y él aceptó.​

Durante esta estancia en Barcelona se alojó de nuevo en una habitación de la casa de Inés Pascual.​

Con Ardevol, comenzó a aprender latín usando como manual las Introductiones in linguam latinam de Antonio de Nebrija.​

San Ignacio, a su vez, comenzó en esta etapa en Barcelona a impartir sus enseñanzas religiosas a tres compañeros: Calixto de Sa, Juan de Arteaga y Lope de Cáceres.​

En Barcelona, san Ignacio tuvo comunicación con jerónimas del Convento de San Matías, benedictinas del Convento de Santa Clara (entre las cuales se encontraba Teresa Rejadella, con la que se cartearía) y dominicas del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles.​

Cuando terminó su segundo curso de latín, Ardevol le recomendó que fuese a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares. Su estancia en Alcalá de Henares pudo durar entre marzo de 1526 y junio de 1527 y dijo haber estudiado Súmulas de Domingo de Soto, Physicorum libri VIII de Alberto Magno y Sententiarum libri IV de Pedro Lombardo.​

En Alcalá de Henares daba ejercicios espirituales y explicaba la doctrina cristiana a gente que se le acercaba,​ como el estudiante Martín de Olabe y los sacerdotes Estella Diego de Eguía y Manuel Miona.​

En Alcalá de Henares se hospedó en el Hospital de Antezana. Solía ir con los tres compañeros de Barcelona: Calixto de Sa, Juan de Arteaga y Lope de Cáceres. En el hospital conoció a Juan Reynalde, un paje herido del virrey de Navarra que decidió seguirle también. San Ignacio y sus compañeros llevaban hábitos de color marrón claro.​

Los inquisidores de Toledo Miguel Carrasco y Alonso Mejía se presentaron en Alcalá de Henares para investigarle a él y a sus compañeros. El 26 de noviembre de 1526 interrogaron al franciscano Fernando Rubio y posteriormente a un hospitalero. Luego los inquisidores dejaron el asunto a cargo del vicario episcopal de Toledo Juan Rodríguez de Figueroa.​

Figueroa les dijo a san Ignacio y a sus compañeros que no había encontrado nada malo en ellos, pero que debían dejar de vestir todos el mismo hábito por no ser religiosos, por lo que san Ignacio y Arteaga tiñeron sus ropas de negro y los otros dos de leonado.​

Habitualmente acudían hombres y mujeres al hospital a recibir de san Ignacio sus ejercicios espirituales y a que les transmitiera la doctrina cristiana.​

/...