Estudios en Gotinga
En 1913 ingresó en la Universidad de Gotinga, donde estudió Germanistik und Geschichte (Germanística e Historia). Atraída por la fenomenología, se convirtió en discípula del célebre filósofo Edmund Husserl. En Friburgo, en 1917, aprobaron con la calificación summa cum laude su tesis doctoral Sobre el problema de la empatía, tema que le sugirió Max Scheler, con el que inició sus obras filosóficas. Posterior a su tesis vinieron los escritos Causalidad sintiente e Individuo y comunidad, en donde buscaba justificar filosóficamente la nueva psicología. La última obra correspondiente a su primer período fue Una investigación sobre el estado, culmen de su proyecto para elaborar una antropología fenomenológica que fuera del hombre singular a la persona como comunidad.
En la universidad siguió los cursos de filosofía de Leonard Nelson y del historiador Max Lehmann, alumno del historiador Leopold von Ranke, del que Edith se llamaba «la pequeña hija espiritual».
Dentro de esta primera etapa en su pensamiento filosófico sobresalió su obra Introducción a la filosofía. Si bien no pertenecía propiamente al ciclo de obras anteriores y es de difícil catalogación, es una obra sumamente original. En ella se descubren los principales problemas de la filosofía de la naturaleza: el movimiento, las nociones de tiempo y espacio o qué es un objeto material y físico. En sus diálogos con Immanuel Kant y con Husserl, en los que demostró profundos conocimientos de las ciencias difíciles de su época (física, biología, filosofía de la ciencia), Edith Stein estableció una diferencia fundamental entre los problemas de la naturaleza y los problemas de la subjetividad. A partir de la segunda etapa —encargada de estudiar la subjetividad—, formuló una antropología propiamente dicha y resaltó las características del hombre como la libertad, la conciencia y la capacidad reflexiva. En esta obra habló de las estructuras de la personalidad y empleó el escrito como preámbulo de una obra de su etapa posterior: La estructura de la persona humana, que es un curso que ella impartió en el Instituto de Pedagogía Científica en Münster, Westfalia (1932-1933).
Gracias a su amigo Georg Moskiewicz, Edith Stein fue aceptada en la Sociedad de Filosofía de Gotinga, que reunía a los principales miembros de la fenomenología naciente: Edmund Husserl, Adolf Reinach y Max Scheler, principalmente. Edith tuvo, a raíz de estos encuentros, una correspondencia personal y profunda con Roman Ingarden, Hans Lipps y Alexandre Koyré, entre los más importantes. Esto mismo hizo que más tarde conociese a Dietrich von Hildebrandt y, sobre todo, a Hedwig Conrad-Martius y Theodor Conrad, que se convirtieron en amigos muy cercanos.
Edith decidió en esa época prepararse para el «examen de estado», paso previo antes de la tesis. Siguió las conferencias de Max Scheler, que organizaba sus discursos a partir de su nuevo ensayo titulado El formalismo en la ética y la ética material de los valores, entre 1913 y 1916, en cuya lectura encontró Edith numerosas inspiraciones para sus trabajos sobre la empatía. A pesar de las grandes dificultades que tuvo, Edith siguió sus estudios con la ayuda de Reinach. Su examen estaba previsto para 1914.
En 1913 ingresó en la Universidad de Gotinga, donde estudió Germanistik und Geschichte (Germanística e Historia). Atraída por la fenomenología, se convirtió en discípula del célebre filósofo Edmund Husserl. En Friburgo, en 1917, aprobaron con la calificación summa cum laude su tesis doctoral Sobre el problema de la empatía, tema que le sugirió Max Scheler, con el que inició sus obras filosóficas. Posterior a su tesis vinieron los escritos Causalidad sintiente e Individuo y comunidad, en donde buscaba justificar filosóficamente la nueva psicología. La última obra correspondiente a su primer período fue Una investigación sobre el estado, culmen de su proyecto para elaborar una antropología fenomenológica que fuera del hombre singular a la persona como comunidad.
En la universidad siguió los cursos de filosofía de Leonard Nelson y del historiador Max Lehmann, alumno del historiador Leopold von Ranke, del que Edith se llamaba «la pequeña hija espiritual».
Dentro de esta primera etapa en su pensamiento filosófico sobresalió su obra Introducción a la filosofía. Si bien no pertenecía propiamente al ciclo de obras anteriores y es de difícil catalogación, es una obra sumamente original. En ella se descubren los principales problemas de la filosofía de la naturaleza: el movimiento, las nociones de tiempo y espacio o qué es un objeto material y físico. En sus diálogos con Immanuel Kant y con Husserl, en los que demostró profundos conocimientos de las ciencias difíciles de su época (física, biología, filosofía de la ciencia), Edith Stein estableció una diferencia fundamental entre los problemas de la naturaleza y los problemas de la subjetividad. A partir de la segunda etapa —encargada de estudiar la subjetividad—, formuló una antropología propiamente dicha y resaltó las características del hombre como la libertad, la conciencia y la capacidad reflexiva. En esta obra habló de las estructuras de la personalidad y empleó el escrito como preámbulo de una obra de su etapa posterior: La estructura de la persona humana, que es un curso que ella impartió en el Instituto de Pedagogía Científica en Münster, Westfalia (1932-1933).
Gracias a su amigo Georg Moskiewicz, Edith Stein fue aceptada en la Sociedad de Filosofía de Gotinga, que reunía a los principales miembros de la fenomenología naciente: Edmund Husserl, Adolf Reinach y Max Scheler, principalmente. Edith tuvo, a raíz de estos encuentros, una correspondencia personal y profunda con Roman Ingarden, Hans Lipps y Alexandre Koyré, entre los más importantes. Esto mismo hizo que más tarde conociese a Dietrich von Hildebrandt y, sobre todo, a Hedwig Conrad-Martius y Theodor Conrad, que se convirtieron en amigos muy cercanos.
Edith decidió en esa época prepararse para el «examen de estado», paso previo antes de la tesis. Siguió las conferencias de Max Scheler, que organizaba sus discursos a partir de su nuevo ensayo titulado El formalismo en la ética y la ética material de los valores, entre 1913 y 1916, en cuya lectura encontró Edith numerosas inspiraciones para sus trabajos sobre la empatía. A pesar de las grandes dificultades que tuvo, Edith siguió sus estudios con la ayuda de Reinach. Su examen estaba previsto para 1914.