Veneración
Lorenzo es uno de los santos más ampliamente venerados por la Iglesia católica. La representación más común del santo es como un joven imberbe (señal de esa juventud) y con tonsura clerical, de pie, con sus símbolos propios en las manos. Viste alba, y sobre ella la dalmática, prenda propia del diácono. Como atributo general lleva la palma de mártir, y su atributo particular propio es la parrilla, instrumento de su martirio. Su martirio ocurrió muy temprano en la historia de la Iglesia, por lo cual muchas otras tradiciones cristianas lo honran también.
Lorenzo es el tercer santo patrón de la ciudad de Roma, después de san Pedro y san Pablo. Cada 10 de agosto, en la Ciudad del Vaticano se expone un relicario que contiene una cabeza quemada ―que se supone de san Lorenzo―, para recibir veneración.
En la Comunidad de Madrid se encuentra el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, construido por Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557, agradeciéndosela a la intercesión ante Dios del mártir san Lorenzo. Para ello, hizo construir el monasterio con forma de parrilla, por haber sido el instrumento de su martirio (esto se ha demostrado ser un bulo, ya que dicho monasterio no tiene tal forma). El rey mandó reunir en El Escorial un considerable número de reliquias que se encontraban dispersas por todo Europa para su veneración; entre ellas estuvieron la cabeza de San Lorenzo, su pie derecho, varios de sus huesos y restos del lienzo en que fue envuelto y de la parrilla donde fue martirizado.
San Lorenzo aparece en el Decamerón (de Giovanni Boccaccio) en el cuento 6.10, donde un fraile utiliza la veneración del santo para escapar de una situación embarazosa.
Lorenzo es uno de los santos más ampliamente venerados por la Iglesia católica. La representación más común del santo es como un joven imberbe (señal de esa juventud) y con tonsura clerical, de pie, con sus símbolos propios en las manos. Viste alba, y sobre ella la dalmática, prenda propia del diácono. Como atributo general lleva la palma de mártir, y su atributo particular propio es la parrilla, instrumento de su martirio. Su martirio ocurrió muy temprano en la historia de la Iglesia, por lo cual muchas otras tradiciones cristianas lo honran también.
Lorenzo es el tercer santo patrón de la ciudad de Roma, después de san Pedro y san Pablo. Cada 10 de agosto, en la Ciudad del Vaticano se expone un relicario que contiene una cabeza quemada ―que se supone de san Lorenzo―, para recibir veneración.
En la Comunidad de Madrid se encuentra el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, construido por Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557, agradeciéndosela a la intercesión ante Dios del mártir san Lorenzo. Para ello, hizo construir el monasterio con forma de parrilla, por haber sido el instrumento de su martirio (esto se ha demostrado ser un bulo, ya que dicho monasterio no tiene tal forma). El rey mandó reunir en El Escorial un considerable número de reliquias que se encontraban dispersas por todo Europa para su veneración; entre ellas estuvieron la cabeza de San Lorenzo, su pie derecho, varios de sus huesos y restos del lienzo en que fue envuelto y de la parrilla donde fue martirizado.
San Lorenzo aparece en el Decamerón (de Giovanni Boccaccio) en el cuento 6.10, donde un fraile utiliza la veneración del santo para escapar de una situación embarazosa.