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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Paita...

Paita

En Paita, está el santuario de la Virgen de las Mercedes más grande del Perú y de América cuya imagen que ha sido venerada por centenares de fieles por más de cuatro siglos, sobre todo en septiembre.

La historia de la virgen se remonta al año 1532 cuando llegó al puerto de Paita traída por religiosos de la Orden de La Merced, por ese tiempo bajo el nombre de María de Las Mercedes; la virgen que fue traída de Paita junto a Francisco de Asís, inicialmente debía ser trasladada hasta Piura; pero según la leyenda la imagen se puso demasiada pesada para ser trasladado por lo que fue tomado como una señal que la misión debía ser iniciada en Paita.

En sus inicios se salvó de ser destruida hasta en dos ocasiones por los piratas que arribaron al puerto peruano y la historia se remonta a 1587, cuando el corsario Cavendish atacó el puerto de Paita y le prendió fuego. De inmediato las llamas empezaron a consumir todo lo que encontraban a su paso hasta llegar al templo.

En medio de este incendio, uno de los devotos de la Virgen entró en la iglesia a pesar de poner en riesgo su vida. Una vez ahí, subió al altar donde se encontraba la imagen y rescató la escultura de ser consumida por el fuego.

Esta fue la primera vez que la imagen de la Virgen de las Mercedes se vio expuesta a ser destruida. Sin embargo, la historia no quedaría ahí. Siglos después, justamente un 24 de septiembre de 1741, el puerto fue nuevamente asolado está vez por el pirata inglés Jorge Anson, saqaueó el puerto y se llevó la imagen mariana como trofeo de guerra. Durante el viaje el viaje de regreso de Anson, el pirata sintió que el mar se había “enfurecido” por lo que había hecho y de inmediato disparó a la altura del cuello de la sagrada imagen, de donde brotó milagrosamente sangre. El corsario, lleno de cólera, arrojó la escultura al mar, la cual fue encontrada por unos pescadores que la retornaron a su templo.

Desde aquella época creció el fervor hacia la imagen, que en la actualidad lleva 479 años, y durante todo este tiempo ha recibido diversas designaciones como la patrona de las Armas del Perú, patrona de los Desprotegidos y los Reclusos. Mientras que el papa Juan Pablo II, en el 1985, la nombró la Estrella Evangelizadora y el año 2010 fue designada por la autoridades como alcaldesa perpetua de Paita, entre otras distinciones.