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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Judaísmo tardío y moderno...

Judaísmo tardío y moderno

Según el rabino germano-estadounidense Leo Trepp (1913-2010), en el judaísmo tardío se desarrolló la creencia de que "el pueblo tiene un representante celestial, un ángel guardián. Todo ser humano tiene un ángel guardián. Anteriormente el término Malakh (ángel) simplemente significaba "mensajero de Dios."​ El Jabad cree que la gente podría tener ángeles guardianes. Para el Jabad, Dios vela por las personas y toma decisiones directamente con sus oraciones y es en este contexto que los ángeles guardianes son enviados de un lado a otro como emisarios para ayudar en esta tarea. Por lo tanto, no se les reza directamente, pero los ángeles son parte del funcionamiento de cómo se produce la oración y la respuesta.

En opinión del rabino Adin Steinsaltz:

La naturaleza del ángel es ser, hasta cierto punto, como su nombre en hebreo significa, un mensajero, para constituir un contacto permanente entre nuestro mundo de acción y los mundos superiores. Las misiones de un ángel van en dos direcciones: puede servir como emisario de Dios hacia abajo... y también puede servir como el que lleva las cosas hacia arriba desde abajo... El ángel no puede revelar su verdadera forma al hombre, cuyo ser, sentidos e instrumentos de percepción pertenecen sólo al mundo de la acción; continúa perteneciendo a una dimensión diferente incluso cuando se lo aprehende de una forma u otra... El ángel que nos es enviado desde otro mundo no siempre tiene un significado o impacto más allá de las leyes normales de la naturaleza física. De hecho, sucede a menudo que el ángel se revela precisamente en la naturaleza, en el mundo ordinario de la causalidad del sentido común.

En el judaísmo hay referencias a ángeles con funciones protectoras específicas. Un ejemplo de esto se puede ver en los rituales de protección de la natalidad practicados, entre otros, por los judíos asquenazíes en partes de Alsacia, Suiza y el sur de Alemania. A las mujeres embarazadas y a los recién nacidos se les entregaban amuletos de texto con los nombres de los ángeles Senoi, Sansenoi y Semangelof. Se suponía que estos ángeles protegerían a las mujeres embarazadas y a los niños recién nacidos de Lilith. Esto se remonta a la historia de Lilith, en la que Dios envía tres ángeles para traer a Lilith de regreso a Adán. No tienen éxito en esta tarea, pero Lilith admite haber sido creada para dañar a los niños. Ella promete perdonar a los niños que lleven consigo el nombre o la imagen de los tres ángeles.​

Samael fue identificado como el ángel guardián y príncipe de Roma y archienemigo de Israel. Para los inicios de la cultura judía en Europa, Samael se había consolidado como representante del cristianismo, debido a su identificación con Roma.