Fraile y sacerdote
Aunque Tomás hizo estudios de artes y teología en el Colegio San Agustín Calahorra de la Universidad de Alcalá de Henares, ingresó en la Orden de San Agustín, en Salamanca, en 1516, y en 1518 fue ordenado sacerdote. En la orden de los agustinos ocupó los cargos de prior conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla. También fue profesor de la universidad, consejero y confesor del rey Carlos I de España.
Gozó de gran fama por su gran austeridad personal (llegó a vender el jergón donde dormía para dar el dinero a los pobres) y por su ejercicio continuo e infatigable de la caridad, especialmente con los huérfanos, con las doncellas pobres y sin dote y con los enfermos. Poseía; sin embargo, una concepción inteligente de la piedad, de forma que, aunque era muy limosnero, procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la pobreza mediante la redención activa de la misma, dando trabajo a los pobres, y así hacía fructificar sus limosnas; al respecto escribió:
La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible.
En 1533, como provincial, envió a los primeros padres agustinos que llegaron a México. Empezó a tener éxtasis místicos en misa o cuando rezaba los salmos.
Aunque Tomás hizo estudios de artes y teología en el Colegio San Agustín Calahorra de la Universidad de Alcalá de Henares, ingresó en la Orden de San Agustín, en Salamanca, en 1516, y en 1518 fue ordenado sacerdote. En la orden de los agustinos ocupó los cargos de prior conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla. También fue profesor de la universidad, consejero y confesor del rey Carlos I de España.
Gozó de gran fama por su gran austeridad personal (llegó a vender el jergón donde dormía para dar el dinero a los pobres) y por su ejercicio continuo e infatigable de la caridad, especialmente con los huérfanos, con las doncellas pobres y sin dote y con los enfermos. Poseía; sin embargo, una concepción inteligente de la piedad, de forma que, aunque era muy limosnero, procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la pobreza mediante la redención activa de la misma, dando trabajo a los pobres, y así hacía fructificar sus limosnas; al respecto escribió:
La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible.
En 1533, como provincial, envió a los primeros padres agustinos que llegaron a México. Empezó a tener éxtasis místicos en misa o cuando rezaba los salmos.