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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Arzobispo de Valencia...

Arzobispo de Valencia

Aunque el rey Carlos I le ofreció el cargo de arzobispo de Granada, él nunca lo aceptó; se cuenta que llegó a ser Arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 1544 por error de un escribano, pero siguió negándose hasta que se lo ordenó su superior en la Orden; en el momento de su nombramiento se hallaba en el monasterio de Nuestra Señora del Pino, en tierra de Cuéllar.​ En Valencia, ayudado por su obispo auxiliar Juan Segriá, puso orden en una diócesis que hacía un siglo que no tenía gobierno pastoral directo. Organizó un colegio especial para los moriscos conversos y organizó en especial un plan eficaz de asistencia y auxilio social y de caridad.

Compuso bellos sermones, entre los que destaca Sermón del amor de Dios, una de las grandes manifestaciones de la oratoria sagrada del XVI.

Es autor de varios Opúsculos, dentro de los que se incluye el Soliloquio entre Dios y el alma, en torno a la comunión.

Tuvo una gran fama de predicador, en un estilo sobrio y sencillo. Carlos I al oírle predicar, exclamó:

Este Monseñor conmueve hasta las piedras.

Su prédica provocaba sonoras conversiones. Algunos de sus sermones arremetieron contra la crueldad de la fiesta de los toros.

Tuvo asimismo una gran devoción por la Virgen María, cuyo corazón comparó a la zarza ardiente, que nunca se consumía.

En 1547, ordenó sacerdote al futuro San Luis Beltrán.

Fundó el Colegio Mayor-Seminario de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María en el Templo y Santo Tomás de Villanueva en 1550, centro de formación eclesiástica y académica para futuros sacerdotes, al servicio de la Iglesia de Valencia.