Carrera eclesiástica
Tras su liberación, el papa Víctor I lo destinó a Antium otorgándole una pensión, puesto que su salud se debilitó estando en Cerdeña. Allí vivió hasta su traslado a Roma, reclamado por el papa Ceferino, quien, haciéndolo su secretario personal, le nombró diácono y administrador del cementerio cristiano en la Vía Apia, convirtiéndose probablemente en el primer territorio de la iglesia de Roma.
Tras su liberación, el papa Víctor I lo destinó a Antium otorgándole una pensión, puesto que su salud se debilitó estando en Cerdeña. Allí vivió hasta su traslado a Roma, reclamado por el papa Ceferino, quien, haciéndolo su secretario personal, le nombró diácono y administrador del cementerio cristiano en la Vía Apia, convirtiéndose probablemente en el primer territorio de la iglesia de Roma.