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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Actividades después del atentado...

Actividades después del atentado

A fines de los años 1980, a pesar de sus dolencias físicas, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se produjeron en el entonces bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída del comunismo soviético y a la democratización de Europa oriental, según coinciden distintos historiadores y escritores.

El 1 de julio de 1986, Juan Pablo II visitó Colombia —como consecuencia de la tragedia de Armero en Tolima— y fue al lugar de los hechos, y frente a una gran cruz oró por un rato y nombró el sitio como lugar santo en honor a los 25.000 muertos de esa trágica escena que tuvo que vivir el pueblo colombiano una semana después del holocausto de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el cual murieron 80 personas (o incluso más).

Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Irak.​ En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el Conflicto del Beagle entre Argentina y Chile en 1978, cuando se encontraban al borde de un enfrentamiento.

Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada Mundial de Oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del obispo Marcel Lefebvre (1988). Ese año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco (Siria), fue la primera vez que un Pontífice católico pisaba una mezquita y oraba en su interior.

Asimismo, figuran el primer encuentro de un papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Jubileo de la Redención de 1983, a partir del cual creó las Jornadas Mundiales de la Juventud,​ celebradas bajo su pontificado en Roma (varias veces), Buenos Aires (Argentina), Santiago de Compostela (España), Denver (Estados Unidos), Manila (Filipinas), Czestochowa (Polonia), París (Francia) y Toronto (Canadá).

También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov,​ en diciembre de 1989, la normalización de la Iglesia católica en los países europeos hasta entonces comunistas, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro.​

Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino​ (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica​ (1992), fruto del sínodo especial de obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.

Juan Pablo II pidió perdón por los errores cometidos por la Iglesia católica,​ entre ellos el procesamiento y condena del científico italiano Galileo Galilei (1564-1642) a quien la Inquisición le hizo retractarse de sus teorías heliocéntricas el 22 de junio de 1633.​

Su gran deseo, que materializó, fue llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro e introducir la Iglesia en el tercer milenio con el Jubileo del año 2000. En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa.​ Visitó el Monte Nebo, donde (según la Tanaj o Antiguo Testamento) el profeta Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.

Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 los derechos nacionales del pueblo palestino​ y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994,​ ofició misa en la plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.

Al concluir su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, que acusaba a la Iglesia católica de "proselitismo" en su área de influencia y otro a China, donde el régimen comunista prohíbe la obediencia de la Iglesia católica china a la Santa Sede, con quien además tuvo conflictos a causa del reconocimiento de Taiwán desde 1949.