Cueva y eremitorio
En los términos municipales de Hinojosa, El Real de San Vicente y Navamorcuende. En la cumbre del cerro de San Vicente se encuentran hoy unas ruinas de lo que fue un célebre eremitorio muy tardío, fundado en el siglo XVII. La tradición de aquella comarca señala que entre las breñas y peñascos de granito del cerro, estuvieron refugiados los santos mártires. En 1633 Francisco de Randona creyó ver en una cueva las señales que dejaron los santos mártires y sobre ella labró una pequeña ermita donde hizo vida de anacoreta junto con otros compañeros, tomando el hábito de san Pablo y más tarde el de la orden carmelita.
En los términos municipales de Hinojosa, El Real de San Vicente y Navamorcuende. En la cumbre del cerro de San Vicente se encuentran hoy unas ruinas de lo que fue un célebre eremitorio muy tardío, fundado en el siglo XVII. La tradición de aquella comarca señala que entre las breñas y peñascos de granito del cerro, estuvieron refugiados los santos mártires. En 1633 Francisco de Randona creyó ver en una cueva las señales que dejaron los santos mártires y sobre ella labró una pequeña ermita donde hizo vida de anacoreta junto con otros compañeros, tomando el hábito de san Pablo y más tarde el de la orden carmelita.