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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: LÉXICO - LAS COSAS Y SUS NOMBRES - LA FRASE - EL REFRÁN...

LÉXICO - LAS COSAS Y SUS NOMBRES - LA FRASE - EL REFRÁN - FIESTAS

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LAS COSAS Y SUS NOMBRES: PANCARTA

Cuando se habla de la política pancartista (neologismo chusco) o de pancarta, ¿de qué se habla realmente? ¿Qué tiene la pancarta para haber sido elevada a categoría política? Parece que dos caracteres empujaron a la pancarta al estrellato: su condición de medio de publicidad, y la condición de privilegio de su contenido.

Por otra parte tenemos la nobleza del nombre, totalmente griego, aunque se forjó en el bajo latín, para denominar un singular procedimiento judicial que emplearon los reyes francos. Sigue en pie el procedimiento, que se prestó y sigue prestándose a abusos. Es el de la elevación de una propiedad de hecho (no escriturada ni registrada) a propiedad de derecho, mediante la exposición pública de las alegaciones a ese derecho.

En efecto, en el reino franco, el que carecía de títulos de propiedad de sus posesiones (generalmente alegaba que se habían perdido o quemado en las continuas escaramuzas), podía recurrir al rey para que le confirmase en las propiedades y dominios indocumentados. Con ese objeto extendía el rey un documento en el que se enumeraban los bienes del solicitante y los confirmaba como de propiedad de éste. En virtud de este documento en forma de edicto real, que debía estar expuesto al público durante un tiempo, el beneficiario pasaba a ser propietario legal y documentado de esas posesiones. Este precepto del rey se llamaba pancarta.

Desde el siglo X se extendió este nombre a todos los documentos en que el rey o el papa enumeraban y confirmaban títulos de propiedad y privilegios, con la obligación de su publicidad, por lo que con el tiempo abarcó este nombre a los carteles donde estaban escritas las tarifas de las tasas, y que se exponían en las oficinas de peaje. Fue también por ello el nombre del impuesto de un sueldo por libra. Pero persistió como más noble el significado originario de pergamino en el que se reúnen varios documentos. Y más noble aún el de los documentos papales llamados bulas pancartas, por los que se confirmaban los privilegios concedidos a iglesias, monasterios y otras instituciones eclesiásticas o laicas.

¿De dónde le viene a la pancarta el inmenso poder que ostenta? No por cierto de la nada, cuando en su propio nombre tiene el todo. PaV, pasa, pan (pas, pása, pan) es el adjetivo griego que significa “todo, toda, todo”. Y carta (járta), en latín charta es la hoja de papiro, y por extensión la de papel y de cualquier otro material sobre el que se escribe.

Carta (recordemos la carta astral, la carta postal, la cartografía y las cartas) es la superficie para escribir, sea del material que sea. Parece que es la escritura la que da nombre al papel, y no a la inversa. En efecto, a la misma familia pertenece carakthr (jaraktér), que es el trazo, la marca que se imprime o se graba. Pancharta significa por tanto, “toda carta”, o más bien “carta total”, absoluta. Todos los derechos en una sola carta.

Hoy llamamos pancarta al cartel con frases o consignas que se lleva en las manifestaciones. Y curiosamente arrastra consigo algunos de los caracteres de la originaria pancarta: su valor publicitario y su valor de excepcionalidad y privilegio. Las palabras se resisten a desprenderse de su historia.

Buscador temático del Almanaque - EL ALMANAQUE dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA. Por Mariano Arnal