ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Nombre de Judas Tadeo...

Nombre de Judas Tadeo

Judas Tadeo, quien según la tradición católica —no así en el protestantismo— sería hijo de Cleofás y posiblemente hermano de otro apóstol, Santiago el Menor, parece haber gozado de varios nombres. Jerónimo de Estridón lo llamó «el Trinomio», es decir, con tres nombres.

«Judas» es una palabra hebrea que significa «alabanzas sean dadas a Dios». El término poseía una significación positiva, que posteriormente tornaría en negativa debido a otro apóstol, Judas Iscariote, nombre proverbial en el habla popular y símbolo universal de traición y alevosía.​

«Tadeo» puede significar «el valiente», «hombre de pecho robusto». El término proviene del arameo «taddà’», que quiere decir «pecho» y, por lo tanto, suele implicar «magnanimidad». De allí también la variante «Lebeo»,​ proveniente de una raíz hebrea que hace referencia al corazón, y que significaría «hombre de corazón tierno» o «niño del corazón».​ Aunque menos probable, también se ha atribuido el término «Tadeo» a una abreviación derivada del nombre griego «Teodoro» o «Teódoto».​

Algunos escrituristas, sin embargo, sostuvieron que Judas de Santiago y Judas Tadeo no serían la misma persona.​ Se han propuesto teorías alternativas para explicar la discrepancia entre los evangelios: el reemplazo no registrado de uno por el otro durante el ministerio de Jesús causado por apostasía o muerte;​ la posibilidad de que el número de doce para los apóstoles fuera un número simbólico o una estimación;​ o, simplemente, que los nombres no fueron registrados perfectamente por la Iglesia primitiva.​ Con todo, estas líneas de interpretación son hasta ahora minoritarias. Algunos autores que sostienen la línea de pensamiento clásica indican que, dado que el nombre «Judas» resultó tan mancillado por Judas Iscariote, resulta natural que los Evangelios de Marcos y de Mateo se refieran a «Judas de Santiago» con el nombre alternativo: «Tadeo».

Incluso en los Evangelios, los evangelistas se sentían avergonzados de mencionar el nombre de Judas. Su prejuicio es bastante evidente. En el pasaje en el que (el Evangelio de) San Juan habla de Tadeo, pasó rápidamente sobre el nombre, y se apresuró a añadir: «Judas, no el Iscariote...» Aún más sorprendente es el hecho de que ni Mateo ni Marcos mencionan nunca el nombre completo de este apóstol, Judas Tadeo, sino que simplemente lo llamaron «Tadeo». Uno puede asumir correctamente que los evangelistas querían restablecer el buen nombre de este apóstol entre sus compañeros y, sobre todo, entre la gente. Utilizando sólo su apellido, podrían eliminar cualquier estigma que su nombre podría haberle dado.

Otto Hophan