Judas Tadeo en la Biblia
Por lo comentado anteriormente, Judas Tadeo es así llamado tradicionalmente por unir al menos dos nombres diversos: mientras los Evangelios de Mateo y de Marcos lo llaman simplemente «Tadeo» (o su variante, «Lebeo»), Lucas en su Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles lo llama «Judas de Santiago»
Forma parte del llamado «tercer grupo de apóstoles». Junto con Simón el Cananeo (o Simón el Zelote) y Judas Iscariote, son los apóstoles más judaizantes. La expresión «Judas de Santiago» que aparece en Lucas 6, puede entenderse como «hijo» o también «hermano» de Santiago. Si acaso significara «hijo de Santiago», sería definitivamente distinto de «Judas, hermano de Santiago» (o «hermano de Jacobo» en la traducción de Reina-Valera), autor de la Epístola homónima.
Judas Tadeo es uno de los apóstoles menos mencionado. En los Evangelios, además de la aparición de su nombre en la nómina de apóstoles, sólo es nombrado una vez, en el Evangelio de Juan, donde el evangelista menciona una petición de Judas Tadeo a Jesús durante la Última Cena:
Le dice Judas –no el Iscariote–: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.»
Evangelio según San Juan
La pregunta define en parte la personalidad atribuida a Judas Tadeo:
● En primer término, llama la atención la dificultad que produce llevar un nombre que remite al traidor, lo que provoca que el propio evangelista haga la aclaración: «Le dice Judas –no el Iscariote–». Bastan estas breves palabras del Evangelio de Juan para configurar la fisonomía espiritual de un hombre que debió cargar valientemente toda su vida con un nombre con una connotación muy negativa.
● La pregunta de Judas Tadeo es un eco de la objeción que los judíos y paganos presentaban a los cristianos que afirmaban la resurrección de Jesucristo.
● Comentando la pregunta de Judas Tadeo, el papa Benedicto XVI escribió:
También nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda (...): al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto.
Benedicto XVI
Si se identifica a Judas Tadeo con Judas de Santiago, también es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, como uno de aquellos que, después de la resurrección y ascensión de Cristo, permanecieron orantes a la espera de la venida del Espíritu Santo:
"Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían. Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos."
Hechos de los Apóstoles
Por lo comentado anteriormente, Judas Tadeo es así llamado tradicionalmente por unir al menos dos nombres diversos: mientras los Evangelios de Mateo y de Marcos lo llaman simplemente «Tadeo» (o su variante, «Lebeo»), Lucas en su Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles lo llama «Judas de Santiago»
Forma parte del llamado «tercer grupo de apóstoles». Junto con Simón el Cananeo (o Simón el Zelote) y Judas Iscariote, son los apóstoles más judaizantes. La expresión «Judas de Santiago» que aparece en Lucas 6, puede entenderse como «hijo» o también «hermano» de Santiago. Si acaso significara «hijo de Santiago», sería definitivamente distinto de «Judas, hermano de Santiago» (o «hermano de Jacobo» en la traducción de Reina-Valera), autor de la Epístola homónima.
Judas Tadeo es uno de los apóstoles menos mencionado. En los Evangelios, además de la aparición de su nombre en la nómina de apóstoles, sólo es nombrado una vez, en el Evangelio de Juan, donde el evangelista menciona una petición de Judas Tadeo a Jesús durante la Última Cena:
Le dice Judas –no el Iscariote–: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.»
Evangelio según San Juan
La pregunta define en parte la personalidad atribuida a Judas Tadeo:
● En primer término, llama la atención la dificultad que produce llevar un nombre que remite al traidor, lo que provoca que el propio evangelista haga la aclaración: «Le dice Judas –no el Iscariote–». Bastan estas breves palabras del Evangelio de Juan para configurar la fisonomía espiritual de un hombre que debió cargar valientemente toda su vida con un nombre con una connotación muy negativa.
● La pregunta de Judas Tadeo es un eco de la objeción que los judíos y paganos presentaban a los cristianos que afirmaban la resurrección de Jesucristo.
● Comentando la pregunta de Judas Tadeo, el papa Benedicto XVI escribió:
También nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda (...): al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto.
Benedicto XVI
Si se identifica a Judas Tadeo con Judas de Santiago, también es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, como uno de aquellos que, después de la resurrección y ascensión de Cristo, permanecieron orantes a la espera de la venida del Espíritu Santo:
"Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían. Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos."
Hechos de los Apóstoles