ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Carrera eclesiástica...

Carrera eclesiástica

Pío IV se caracterizó por ser un papa nepotista. Al día siguiente de su exaltación, envió a Carlos Borromeo a Roma y lo colmó de honores y dignidades. En 1560 el papa concedió a su sobrino diversos títulos y cargos: protonotario apostólico y referendario de la Signatura (13 de enero); miembro de la consulta para la administración de los Estados Pontificios (22 de enero); abad comendatario de Nonántola, san Gallo di Moggio, Serravalle y Santo Stefano del Corno (27 de enero); cardenal (31 de enero); administrador de la diócesis de Milán (7 de febrero); cardenal diácono con el título de los santos Vito y Modesto (14 de febrero); legado pontificio de Bolonia y de Romaña (26 de abril); cardenal diácono de San Silvestro e Martino ai Monti (4 de septiembre). El mismo papa lo ordenó diácono el 21 de diciembre del mismo año. Contaba entonces Carlos Borromeo con 22 años.

El papa halló en su sobrino el más fiel y abnegado colaborador de su pontificado, 4​ hasta el punto que en 1561, no contento con los honores ya ofrecidos, lo nombró secretario de Estado. El 1 de junio del mismo año lo nombró gobernador de Civita Castellana y de Ancona y el mismo día fue proclamado ciudadano de honor de Roma. Todavía en 1561, el 1 de diciembre, Pío IV lo nombró gobernador de Spoleto y miembro del Santo Oficio. En 1561, Borromeo fundó y dotó un colegio en Pavía, hoy conocido como Almo Collegio Borromeo, que dedicó a Justina de Padua.

Era de estatura algo más que mediana, grandes ojos azules, cabello negro, nariz larga y tez pálida. Llevó barba corta y desaliñada hasta que en 1574 mandó al clero que se la cortase precediendo él con el ejemplo. La impresión que producía en los embajadores era de timidez y modestia, hasta el punto de tenerlo algunos por poco apto para los cargos. Un defecto de la lengua que lo hacía precipitarse al hablar, reforzaba todavía más la impresión desfavorable. Pero la práctica en el oficio, la energía de su carácter y su espíritu le fueron dando mayor destreza en el desempeño de sus funciones, hasta quedar patente su talento de gobierno. «Es hombre de frutos, no de flores; de hechos y no de palabras», dirá de él algo más tarde desde Trento el cardenal Seripando.

El trabajo de la correspondencia diplomática era imponente, pero a Carlos le secundaba Tolomeo Gallio, antiguo secretario del cardenal de Médicis y luego cardenal. Con él acudía todas las mañanas a su tío para presentarle los resúmenes de la correspondencia recibida y tomar nota de las respuestas que había que dar. Al adquirir con la experiencia un sentido más expeditivo en el despacho de los negocios, fue teniendo también más libertad de movimientos, pero siempre se mostró fiel intérprete del pensamiento y del gusto del Pontífice, aun en cosas contrarias a su propia opinión. Al mismo tiempo, el papa acogía gustoso las sugerencias del sobrino que poco a poco tuvieron un mayor influjo sobre él. El cardenal nepote respondió plenamente a las esperanzas de Pío IV.

Una fecha divisoria en la vida interior de Carlos Borromeo fue la de su ordenación sacerdotal (17 de julio de 1563). Su anterior vida como cardenal no era licenciosa, pero tampoco era la del asceta de los años posteriores. Amaba extraordinariamente la caza y a ella se dedicaba, según algunos, con mayor entusiasmo del que convenía a su dignidad. Jugaba al ajedrez y se divertía con la música. Él mismo tocaba el laúd y el violoncelo. Le gustaba la pompa y la fastuosidad. Le atraían grandemente las veladas literarias y para ello refundó en 1560 la Accademia delle Notti Vaticane o Academia de las Noches Vaticanas, fundada en el siglo XV por Paulo III y desaparecida en 1549.​

Federico Borromeo, su hermano, a quien el papa acababa de nombrar capitán general de la Iglesia, murió inesperadamente por un acceso de fiebre el 19 de noviembre de 1562. La muerte del mayorazgo causó hondo dolor al pontífice y al sobrino. Incluso corrió el rumor de que Carlos Borromeo, ya subdiácono, sería dispensado del celibato para continuar el nombre familiar. Pero Pío IV lo desmintió categóricamente en el consistorio de 3 de junio, en el que le elevó al orden del presbiterado. El 17 de julio de 1563 fue ordenado sacerdote y el 7 de diciembre del mismo año recibió la consagración episcopal. El 17 de noviembre de 1564, el papa le dio el título de cardenal presbítero de santa Práxedes.