Cambio de vida
Los ejercicios espirituales de san Ignacio jugaron también un papel muy importante en aquel cambio de vida. Antes de su ordenación sacerdotal se retiró a la casa profesa de los jesuitas para hacer los Ejercicios bajo la dirección de Juan Bautista Ribera, de la Compañía de Jesús, con quien por razón de su cargo de procurador general de la Orden había tenido que tratar muchos asuntos de la misma. En adelante Ribera fue su director espiritual. El cambio obrado en su espíritu comenzó pronto a manifestarse al exterior. Renunció a sus diversiones preferidas y fue tal la austeridad de su comportamiento personal que disgustaba a su mismo tío, que llegó a prohibir a los jesuitas Ribera y Laínez pisar en adelante el palacio del cardenal. A pesar de ello, Carlos no mitigó sus rigores, por el contrario, con su ejemplo de vida fue arrastrando a otros, e incluso a su mismo tío. El embajador veneciano P. Soranzo decía de él que hacía más bien en la corte de Roma que todos los decretos tridentinos juntos.
Los ejercicios espirituales de san Ignacio jugaron también un papel muy importante en aquel cambio de vida. Antes de su ordenación sacerdotal se retiró a la casa profesa de los jesuitas para hacer los Ejercicios bajo la dirección de Juan Bautista Ribera, de la Compañía de Jesús, con quien por razón de su cargo de procurador general de la Orden había tenido que tratar muchos asuntos de la misma. En adelante Ribera fue su director espiritual. El cambio obrado en su espíritu comenzó pronto a manifestarse al exterior. Renunció a sus diversiones preferidas y fue tal la austeridad de su comportamiento personal que disgustaba a su mismo tío, que llegó a prohibir a los jesuitas Ribera y Laínez pisar en adelante el palacio del cardenal. A pesar de ello, Carlos no mitigó sus rigores, por el contrario, con su ejemplo de vida fue arrastrando a otros, e incluso a su mismo tío. El embajador veneciano P. Soranzo decía de él que hacía más bien en la corte de Roma que todos los decretos tridentinos juntos.