San Diego en el arte
Grandes artistas se ocuparon de él. Lope de Vega le dedicó el soneto La verde yedra al tronco asida, y la comedia San Diego de Alcalá.
Se le representa joven e imberbe, a pesar de que alcanzó los sesenta años, frecuentemente con:
● Unas llaves, por haber sido portero y cocinero del convento,
● Recogiendo con ambas manos su escapulario como delantal lleno de flores.
Este último episodio es uno de los más populares y representados en su iconografía. Se refiere a una leyenda, según la cual, Diego era tan generoso con quienes pedían a la puerta del convento, que sus superiores lo encontraban fastidioso y excesivo. En cierta ocasión en que vieron cómo Diego llevaba algo en el hábito, y suspicaces porque ya había dado la limosna diaria, se disponían a reprenderlo cuando milagrosamente los panecillos que el santo llevaba a los pobres se convirtieron en rosas.
Fue retratado por Zurbarán, Ribera, Murillo, Gregorio Fernández, Alonso Cano y Pedro de Mena, representando escenas de su vida relativas a la realización de obras de caridad o algunos de los milagros atribuidos. El pintor barroco Annibale Carracci dedicó un completo ciclo de frescos a la vida de san Diego en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma, distribuidos actualmente en diversos museos e instituciones.
Grandes artistas se ocuparon de él. Lope de Vega le dedicó el soneto La verde yedra al tronco asida, y la comedia San Diego de Alcalá.
Se le representa joven e imberbe, a pesar de que alcanzó los sesenta años, frecuentemente con:
● Unas llaves, por haber sido portero y cocinero del convento,
● Recogiendo con ambas manos su escapulario como delantal lleno de flores.
Este último episodio es uno de los más populares y representados en su iconografía. Se refiere a una leyenda, según la cual, Diego era tan generoso con quienes pedían a la puerta del convento, que sus superiores lo encontraban fastidioso y excesivo. En cierta ocasión en que vieron cómo Diego llevaba algo en el hábito, y suspicaces porque ya había dado la limosna diaria, se disponían a reprenderlo cuando milagrosamente los panecillos que el santo llevaba a los pobres se convirtieron en rosas.
Fue retratado por Zurbarán, Ribera, Murillo, Gregorio Fernández, Alonso Cano y Pedro de Mena, representando escenas de su vida relativas a la realización de obras de caridad o algunos de los milagros atribuidos. El pintor barroco Annibale Carracci dedicó un completo ciclo de frescos a la vida de san Diego en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma, distribuidos actualmente en diversos museos e instituciones.