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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Obras...

Obras

Las obras de Alberto fueron recopiladas en 1899 en treinta y ocho volúmenes. Estos mostraron sus hábitos prolíficos y su conocimiento enciclopédico de temas como lógica, teología, botánica, geografía, astronomía, astrología, mineralogía, alquimia, zoología, fisiología, frenología, justicia, derecho, amistad y amor. Interpretó y sistematizó la totalidad de las obras de Aristóteles, extraídas de las traducciones y notas latinas de los comentaristas árabes, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia. La mayoría del conocimiento moderno de Aristóteles fue preservado y presentado por Alberto

Sus principales trabajos teológicos son un comentario en tres volúmenes sobre la obra Las Sentencias de Pedro Lombardo (Magister Sententiarum) y la Summa Theologiae en dos volúmenes. El último es en esencia una repetición más didáctica del primero.

La actividad de Alberto, sin embargo, fue más filosófica que teológica. Las obras filosóficas, que ocupan los primeros seis y el último de los 21 volúmenes, generalmente se dividen de acuerdo con el esquema aristotélico de las ciencias, y consisten en interpretaciones y condensaciones de las obras relativas de Aristóteles, con debates complementarios sobre temas contemporáneos y ocasionales divergencias de las opiniones del maestro. Alberto creía que el enfoque de Aristóteles a la filosofía natural no representaba ningún obstáculo para el desarrollo de una visión filosófica cristiana del orden natural.

El conocimiento de Alberto de las ciencias naturales fue considerable y notablemente preciso para la época. No solo produjo comentarios y paráfrasis de todo el corpus aristotélico, incluidos sus trabajos científicos, sino que Alberto también los agregó y mejoró. Sus libros sobre temas como botánica, zoología y minerales incluían información de fuentes antiguas, pero también resultados de sus propias investigaciones empíricas. Estas investigaciones impulsaron varias de las ciencias especiales, más allá de la dependencia de los textos clásicos. En el caso de la embriología, por ejemplo, se ha afirmado que se escribió poco entre Aristóteles y Alberto, quienes lograron identificar los órganos dentro de los huevos. Además, Alberto también inventó efectivamente ciencias especiales enteras, donde Aristóteles no ha cubierto un tema. Por ejemplo, antes de Alberto, no había un estudio sistemático de minerales.​ Por la amplitud de estos logros, se le otorgó el nombre de Doctor Universalis.

Gran parte de las contribuciones empíricas de Alberto a las ciencias naturales han sido reemplazadas, pero su enfoque general de la ciencia puede ser sorprendentemente moderno. Por ejemplo, en De Mineralibus (Libro II, Tratado II, Capítulo 1) Alberto afirma: "Porque [la tarea] de la ciencia natural no es simplemente aceptar lo que se nos dice, sino investigar las causas de las cosas naturales".