Tradiciones
● El día de su festividad se prepara un dulce con una base de melaza llamado "Las ruedas de Santa Catalina".
● Antaño, las imágenes de Catalina, colocadas en las iglesias, eran adornadas con una cofia que se cambiaba cada año. Este rito era un privilegio de las jóvenes, mayores de veinticinco años que estaban solteras. De modo que la expresión "Ella va a coronar a
Santa Catalina", significaba que la joven en cuestión todavía no había encontrado marido, al ponerle la cofia podía suplicar la intervención de la santa con la siguiente oración:
Santa Catalina, ayúdame. No me dejes morir soltera. Un marido, Santa Catalina, un buen marido, Santa Catalina, antes de que sea tarde.
Actualmente, en algunas regiones, aún se pueden ver, el 25 de noviembre, algunas jóvenes con un abigarrado sombrero multicolor (en los que predominan el verde y el amarillo) hechos, a propósito, para la fiesta, son las llamadas catalineras que festejan alegremente el día.
En Jaén, el 25 de noviembre hay una romería al Castillo de Santa Catalina, dedicada a Catalina de Alejandría, además es la santa protectora de la Ciudad.
En Ibi, provincia de Alicante, se sigue celebrando la festividad de Santa Catalina en las escuelas. Las niñas, a las que llaman "catalinetes", se colocan en la cabeza un gran lazo de papel de color llamativo. De tanto en tanto se canta una cancioncita en valenciano que dice: "Les catalinetes mengen culleretes, els catalinots mengen cullerots, passen pel molí, una coca en oli i un barral de vi, vi, vi, vi, Catalí!".
En Santa Fe, provincia de Granada, se celebra una romería conocida como "la merendica" el día de Catalina de Alejandría. Esta tiene su origen en la fundación de la ciudad cuando la reina Isabel la Católica organizó una celebración para conmemorar la firma de las Capitulaciones de Granada. Antiguamente la gente iba de romería a la desaparecida ermita de Santa Catalina. Actualmente, el lugar de esparcimiento es el secano, donde la gente se reúne para comer en el campo y degustar platos elaborados con hierbas aromáticas. En las panaderías de la zona se preparan las típicas Rosquillas de Santa Catalina.
● El día de su festividad se prepara un dulce con una base de melaza llamado "Las ruedas de Santa Catalina".
● Antaño, las imágenes de Catalina, colocadas en las iglesias, eran adornadas con una cofia que se cambiaba cada año. Este rito era un privilegio de las jóvenes, mayores de veinticinco años que estaban solteras. De modo que la expresión "Ella va a coronar a
Santa Catalina", significaba que la joven en cuestión todavía no había encontrado marido, al ponerle la cofia podía suplicar la intervención de la santa con la siguiente oración:
Santa Catalina, ayúdame. No me dejes morir soltera. Un marido, Santa Catalina, un buen marido, Santa Catalina, antes de que sea tarde.
Actualmente, en algunas regiones, aún se pueden ver, el 25 de noviembre, algunas jóvenes con un abigarrado sombrero multicolor (en los que predominan el verde y el amarillo) hechos, a propósito, para la fiesta, son las llamadas catalineras que festejan alegremente el día.
En Jaén, el 25 de noviembre hay una romería al Castillo de Santa Catalina, dedicada a Catalina de Alejandría, además es la santa protectora de la Ciudad.
En Ibi, provincia de Alicante, se sigue celebrando la festividad de Santa Catalina en las escuelas. Las niñas, a las que llaman "catalinetes", se colocan en la cabeza un gran lazo de papel de color llamativo. De tanto en tanto se canta una cancioncita en valenciano que dice: "Les catalinetes mengen culleretes, els catalinots mengen cullerots, passen pel molí, una coca en oli i un barral de vi, vi, vi, vi, Catalí!".
En Santa Fe, provincia de Granada, se celebra una romería conocida como "la merendica" el día de Catalina de Alejandría. Esta tiene su origen en la fundación de la ciudad cuando la reina Isabel la Católica organizó una celebración para conmemorar la firma de las Capitulaciones de Granada. Antiguamente la gente iba de romería a la desaparecida ermita de Santa Catalina. Actualmente, el lugar de esparcimiento es el secano, donde la gente se reúne para comer en el campo y degustar platos elaborados con hierbas aromáticas. En las panaderías de la zona se preparan las típicas Rosquillas de Santa Catalina.