Segundo Concilio de Lyon
Artículo principal: Concilio de Lyon II
Preparación y objetivos
A su llegada a Roma en 1272, su primer acto fue cumplir el deseo de Gregorio IX y convocar un concilio ecuménico. Dos días después de su coronación, Gregorio X envió una carta al rey Eduardo I de Inglaterra, invitándolo a un consejo general sobre el tema de Tierra Santa, a partir del 1 de mayo de 1274.
Gregorio dejó Orvieto el 5 de junio de 1273 y, posteriormente, se alojó en el Palazzo Mozzi, el palacio de la familia Mozzi en Florencia, mientras ayudaba a la ciudad para pacificar las luchas entre los güelfos y los gibelinos, antes de seguir camino a Francia.
Llegó a Lyon a mediados de noviembre de aquel año. 21 No todos los cardenales lo siguieron: Gregorio señala en una carta al rey Eduardo, fechada el 29 de noviembre, que los cardenales Riccardo Annibaldi y Giovanni Orsini todavía se encontraban en Roma y que se les había ordenado encontrar un lugar seguro como prisión para Guido de Montfort. Los dos cardenales eran enemigos hereditarios y buscaban tener un control efectivo el uno del otro. Ninguno de los dos estuvo presente en la apertura del Concilio de Lyon. Gregorio mismo tuvo una reunión inmediata con el rey Felipe III de Francia, con quien se estaba escribiendo desde su adhesión. Las reuniones conciliares fueron evidentemente bastante armoniosas y exitosas, ya que Felipe cedió al Papado el Condado Venesino.
Artículo principal: Concilio de Lyon II
Preparación y objetivos
A su llegada a Roma en 1272, su primer acto fue cumplir el deseo de Gregorio IX y convocar un concilio ecuménico. Dos días después de su coronación, Gregorio X envió una carta al rey Eduardo I de Inglaterra, invitándolo a un consejo general sobre el tema de Tierra Santa, a partir del 1 de mayo de 1274.
Gregorio dejó Orvieto el 5 de junio de 1273 y, posteriormente, se alojó en el Palazzo Mozzi, el palacio de la familia Mozzi en Florencia, mientras ayudaba a la ciudad para pacificar las luchas entre los güelfos y los gibelinos, antes de seguir camino a Francia.
Llegó a Lyon a mediados de noviembre de aquel año. 21 No todos los cardenales lo siguieron: Gregorio señala en una carta al rey Eduardo, fechada el 29 de noviembre, que los cardenales Riccardo Annibaldi y Giovanni Orsini todavía se encontraban en Roma y que se les había ordenado encontrar un lugar seguro como prisión para Guido de Montfort. Los dos cardenales eran enemigos hereditarios y buscaban tener un control efectivo el uno del otro. Ninguno de los dos estuvo presente en la apertura del Concilio de Lyon. Gregorio mismo tuvo una reunión inmediata con el rey Felipe III de Francia, con quien se estaba escribiendo desde su adhesión. Las reuniones conciliares fueron evidentemente bastante armoniosas y exitosas, ya que Felipe cedió al Papado el Condado Venesino.