¿Tienes un negocio?

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Desarrollo y reforma...

Desarrollo y reforma

El Segundo Concilio Ecuménico se reunió en Lyon, comenzando el 1 de mayo de 1274, con el propósito de buscar la reconciliación con la Iglesia ortodoxa y finalizar con el Cisma de Oriente,​ la condición de Tierra Santa por medio de la preparación de una nueva cruzada y donaciones de un diezmo de todas las iglesias para ello,​ establecimiento de medidas para acabar con los abusos en la iglesia y la regulación de las elecciones papales. Evidentemente, los intereses del Papa respecto al concilio eran de naturaleza disciplinaria, no doctrinal.​

Respecto a la reconciliación con los ortodoxos, se logró una unión transitoria, al aceptar los representantes griegos el primado de Roma y la cláusula Filioque y los representantes romanos el que los griegos pudieran seguir usando el credo usual en Oriente y sus propios ritos.

En relación con la financiación de la cruzada, Gregorio impuso a todos los clérigos un impuesto de seis años al 10% de sus ingresos. Este fue un aumento considerable en la tasa impositiva, que, en ocasiones anteriores, había sido durante tres años, a una tasa del 5%. Se establecieron 26 distritos fiscales permanentes, cada uno con un recaudador y un subrecaudador.​

Por otra parte, consciente de los escándalos relacionados con el cónclave de Viterbo que lo había elegido, al darse cuenta de que se necesitaban controles más estrictos sobre todo el proceso de elección, produjo el documento Ubi periculum que, posteriormente, fue ratificado concilio el 16 de julio de 1274 e incorporado al Código de Derecho Canónico.​ Se buscaba determinar la ciudad de reunión del cónclave (en el lugar donde residía el papa y su curia a su muerte, o en una ciudad apropiada si la muerte ocurría en una localidad rural), la fecha en que ocurriría (no menos de diez días luego de la muerte del Papa), que solo podrían votar los cardenales presentes en la reunión, que cualquier persona es elegible para el puesto, que al décimo día debían encerrarse para elegir al Papa (con indicaciones del lugar y habitaciones de los electores, además de la seguridad de este), que pueden participar cardenales que no hubiesen llegado el día del inicio de la elección, que se les iría retirando la comida a medida que pasaran los días, que nadie podría participar de sobornos o compromisos, el mínimo de dos tercios de votos para ser electo y el cese de las magistraturas eclesiales principales, excepto del Camarlengo y los penitenciarios mayores y menores.