Querido Eufra7 ¡Sana envidia la mía por estos días pasados por el pueblo! Y por calmarla un poco, he llegado hasta esta bonita foto que refleja algunos colores de nuestros campos Alconcheleros.
Puesta mi imaginación en marcha, me veo caminando por entre estos pinos para ver si soy capaz de encontrar alguna "setilla" de cardo; me conformo con una sola sólo por el placer de verla brillar entre la hierba escarchada y notar con mi tacto su suavidad.
Ahora que ya la noto entre mis manos se mezclan mis recuerdos, me voy de un sitio a otro y me parece ver un escrito de María de Huelva, no hace muchos días, que me preguntaba dónde estaban Los Topos.
María por si lees esto, abre la foto en la que estoy escribiendo y comprueba dónde se encontraban allá por Junio del 2005, hablábamos de la gasolina.
No sé como en aquel momento, se me olvidó canturrear por esta ventana aquella canción de mis años infantiles que decía algo así como ésto que no sé si Eufra7 recordará.
Tócale la bocina, tócale la bocina
que las mujeres se mueren por la gasolina.
Te compras un carro viejo
y lo pones en la esquina
y ya verás como acuden
al olor de la gasolina.
Eran otros tiempos, escuchábamos todo tipo de canciones, unas mejores que otras, pero yo canturrearía cualquiera de ellas a pleno pulmón respirando el aire limpio y puro de estos campos de Alconchel.
Yo comería ahora, con mucho gusto unas gachas con setas, pero ha falta de este-para mí- manjar, comeremos lo que haya preparado la cocinera, en este caso, moi.
Un beso desde Barcelona fría y gris. Milagros
Puesta mi imaginación en marcha, me veo caminando por entre estos pinos para ver si soy capaz de encontrar alguna "setilla" de cardo; me conformo con una sola sólo por el placer de verla brillar entre la hierba escarchada y notar con mi tacto su suavidad.
Ahora que ya la noto entre mis manos se mezclan mis recuerdos, me voy de un sitio a otro y me parece ver un escrito de María de Huelva, no hace muchos días, que me preguntaba dónde estaban Los Topos.
María por si lees esto, abre la foto en la que estoy escribiendo y comprueba dónde se encontraban allá por Junio del 2005, hablábamos de la gasolina.
No sé como en aquel momento, se me olvidó canturrear por esta ventana aquella canción de mis años infantiles que decía algo así como ésto que no sé si Eufra7 recordará.
Tócale la bocina, tócale la bocina
que las mujeres se mueren por la gasolina.
Te compras un carro viejo
y lo pones en la esquina
y ya verás como acuden
al olor de la gasolina.
Eran otros tiempos, escuchábamos todo tipo de canciones, unas mejores que otras, pero yo canturrearía cualquiera de ellas a pleno pulmón respirando el aire limpio y puro de estos campos de Alconchel.
Yo comería ahora, con mucho gusto unas gachas con setas, pero ha falta de este-para mí- manjar, comeremos lo que haya preparado la cocinera, en este caso, moi.
Un beso desde Barcelona fría y gris. Milagros