Luz ahora 0,15960 €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ¿Quién de vosotros, amigos del foro alconchelero, no...

¿Quién de vosotros, amigos del foro alconchelero, no leyó alguna vez los cuentos de Calleja o de Christian Andersen?

Mi padre nos explicaba a mis hermanas y a mí una versión de Hansel y Gretel, y digo versión, porque el que él nos explicaba tenía los nombres cambiados, así como las palabras. El lo explicaba con palabras más "de pueblo" y con los nombres de Carmencita y Rafaelito, aunque el contenido era el mismo.

Yo dejo aquí, bajo esta rosa blanca, un pequeño fragmento de El elfo del rosal de Christian Andersen. Os recomiendo su lectura si no lo habéis leído. A tí Rubí seguro que te gustará.

"En el centro de un jardín crecía un rosal cuajado de rosas y en una de ellas, la más hermosa de todas, habitaba un elfo tan pequeñín que ningún ojo humano podía distinguirlo. Detrás de cada pétalo de la rosa tenía un dormitorio. Era tan bien educado y tan guapo como pueda serlo un niño, y tenía alas que le llegaban desde los hombros hasta los pies. ¡Oh, y qué aroma exhalaban sus habitaciones, y qué claras y hermosas eran las paredes! No eran otra cosa sino los pétalos de la flor, de color rosa pálido.

Se pasaba el día gozando de la luz del sol, volando de flor en flor, bailando sobre las alas de la inquieta mariposa y midiendo los pasos que necesitaba dar para recorrer todos los caminos y senderos que hay en una sola hoja de tilo. Son lo que nosotros llamamos las nervaduras; para él eran caminos y sendas, ¡y no poco largos! Antes de haberlos recorrido todos, se había puesto el sol; claro que había empezado algo tarde.

Se enfrió el ambiente, cayó el rocío, mientras soplaba el viento; lo mejor era retirarse a casa. El elfo echó a correr cuando pudo, pero la rosa se había cerrado y no pudo entrar, y ninguna otra quedaba abierta. El pobre elfo se asustó no poco. Nunca había salido de noche, siempre había permanecido en casita, dormitando tras los tibios pétalos. ¡Ay, su imprudencia le iba a costar la vida!

Sabiendo que en el extremo opuesto del jardín había una glorieta recubierta de bella madreselva cuyas flores parecían trompetillas pintadas, decidió refugiarse en una de ellas y aguardar la mañana."

Espero que os guste como a mí me gustó cuando lo leí. Un beso y hasta otro día. Milagros