que bueno oiros contar las trastadas que haciamos de pequeños si yo contara las mias os pondriais las manos en la cabeza son increibles lo que se me daba muy bien era que donde ponia el ojo ponia la piedra y os aseguro que en las cabezas de muchos de mis paisanos esta la prueba de que ni miento ni exagero tampoco habia arbol que se me resistiera y de eso podria dar fe mi traje de comunion si el pobre mio existiera pero tiempos felices cuando se recuerdan y digo como la amiga rubi hoy tambien hay una juventud muy buena y yo como ella tambien doy fe de ello un abrazo-castilleja-