La talla de la Virgen sedente con Niño es el prototipo de Virgen en Majestad o Trono de Dios.
Esta figura tardorrománica no conserva policromía alguna y aparece sentada sobre un banco o escaño, frontalmente con el Niño sobre su rodilla izquierda.
La Madre, en actitud hierática, se cubre con velo ceñido a la cabeza y manto por encima, ambos sujeto por corona real.
El manto cubre su hombro izquierdo, mientras que el derecho solo lo hace parcialmente, terciándose por encima... Tengo entendido que después de la misa y procesión, los del Ayuntamiento de Algarra hacen una comida en la casa del santero.
• <Bueno, después de la misa y la procesión se hacía algo de baile en la plaza de la ermita, la gente bailaba a los sones de la gaita y el tambor... Y después es cuando se hace la comida. Los del Ayuntamiento de Algarra, el alcalde, los concejales, el cura y la pareja de Guardia Civil que venía comían en la casa del santero. Esta comida la paga el Ayuntamiento de Algarra.... Y continúa:
• <Como te decía, después de recibir a los de Vallanca regresábamos todos a la ermita y entrábamos, dándole la vuelta por detrás, esto es, yendo por la cabecera y volviendo por los pies... A los de los demás pueblos no se los recibía igual, porque sólo los de Vallanca traían cruz... Luego se celebraba la misa habitual y a continuación se hacía la procesión con la imagen sobre sus andas hasta la “Mesa de la Virgen”: allí se la encaraba hacia Castilla y se le rezaba algo, la Salve o lo... •
¿Cómo eran entonces, me refiero en tu infancia y juventud, las celebraciones de Santerón?
• <Pues parecidas a las de ahora, pero ya te digo, con más gente; la cosa ha cambiado poco, excepto por los coches; antes no había ninguno y ahora se apoderan de todo... Veníamos los de Algarra y nos quedábamos en la ermita, unos entraban y otros se quedaban en la plaza, hablando con los vecinos y amigos o comprando a los turroneros que venían. Cuando llegaban los de Vallanca se esperaban en la “Mesa... ¿Recuerdas haber venido de niño a Santerón con tus padres?
• < ¡Hombre, claro! Desde que tengo uso de razón hemos venido aquí por Pentecostés, que entonces se celebraba el lunes y ahora el sábado, y por los septenarios... Recuerdo que siendo yo un crío de unos ocho años –esto sería por el XXXI Septenario, que fue en 1935, lo recuerdo porque enseguida empezó la guerra- estuve con mis padres en Vallanca: el día de la procesión general, cuando la Virgen da la vuelta por detrás de la iglesia, y sale...