A mi se me estan cayendo las lágrimas al leer ese comentario de don José Ramón, porque me ha acordado de él y es verdad todo lo que dice. No me averguenza reconocer que casi no veo las letras porque no puedo dejar de llorar, nunca debimos permitir que echaran a ese hombre porque era buenísimo, generoso con los pobres, no quería tocar el dinero de la bandeja, ni qe le dieran un céntimo más de lo que valian las misas, lo que le daban pra las fiestas que era una suma muy elevada lo donaba a Caritas y su casa simpre la tenía llena de niños, jugando en su ordenador y metiendosen por todas las habitaciones.
Don José Ramón, todavía le queremos más de lo que nosotros mismos sabiamos o no nos habiamos dado cuenta, a mi me ha dado mucha pena leer ese comentario.
Almonacid del Marquesado es su pueblo y nuestra casa es su casa. Y si algún día quisiera volver aqui de sacerdote le recibiriamos con los brazos abiertos. Reciba un beso muy fuerte y un fuerte abrazo.
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