DEDICADO ALA VIDA DEL PASTOR.
Se levanta el pastor por la mañana con la luz de las estrellas, entre viento, heladas, escarchas, nevadas y con nieblas. Comienza una jornada que sabe cuando comienza, pero no sabe cuando acaba, empieza dando de comer y de beber a su rebaño curando a sus ovejas de las heridas y enfermedades, les limpia el aprisco cuida de las que nacen y vigila alas que van a parir y también las ordeña, mientras tanto todos los días ve el claro u oscuro amanecer y el salir de el sol. Sale halos campos con su rebaño en verano, otoño, invierno y primavera, vuelve a casa por la noche y le espera, un segundo ordeño vigilancia y mantenimiento de la nave almacenamiento de piensos y forrajes y demás tareas. Sus estudios suelen ser muy pocos, pero sabe de nieves, lluvias y tormentas el conoce los montes y valles, las mejores verduras, frutas, cereales y todos los mejores productos que dan las tierras.
El No tiene horario ni vacaciones, puentes, domingos ni fiestas su jornada semanal no es de cuarenta sino de ochenta o de noventa, tiene una mujer e hijos a los que casi no puede ver ni de noche ni de día ni alas horas de comer, el lucha por la economía de su casa, pero su palabra o su voz nunca es valida, a el le ponen un bajo precio el lo que el produce y vende, y lo que el tiene que comprar también le ponen su precio solo que al contrario este suele ser caro.
Y sus ganancias se las llevan los que sin dar golpe ni trabajar se enriquecen cada día mas, así pasan las horas, días, meses y los años hasta que llegan los sesenta y cinco y se jubila con una mísera pensión en comparación a el trabajo que ha desempeñado, y no pasando mucho tiempo un día le duele un brazo al otro una pierna y al otro la cadera y se pone en manos de los médicos y con operaciones y medicamentos le quitan la bebida el tabaco y las mejores comidas y su vida se acaba con pocos mas de setenta años.
Y yo me pregunto si alguien ha pensado alguna vez en la vida que llevan y el trabajo que desarrollan estas personas porque si alguien pensase en ellos tendría que hacerles un monumento.
Hoy en día la juventud si la granja del padre o del abuelo no produce no la trabajan y se olvidan de las tradiciones, y de seguir así nos quedamos sin pastores y sin ovejas y sin sus productos de carne, corderos y quesos que tanto nos gustan al consumidor. Par ellos mi gran respeto y admiración.
Se levanta el pastor por la mañana con la luz de las estrellas, entre viento, heladas, escarchas, nevadas y con nieblas. Comienza una jornada que sabe cuando comienza, pero no sabe cuando acaba, empieza dando de comer y de beber a su rebaño curando a sus ovejas de las heridas y enfermedades, les limpia el aprisco cuida de las que nacen y vigila alas que van a parir y también las ordeña, mientras tanto todos los días ve el claro u oscuro amanecer y el salir de el sol. Sale halos campos con su rebaño en verano, otoño, invierno y primavera, vuelve a casa por la noche y le espera, un segundo ordeño vigilancia y mantenimiento de la nave almacenamiento de piensos y forrajes y demás tareas. Sus estudios suelen ser muy pocos, pero sabe de nieves, lluvias y tormentas el conoce los montes y valles, las mejores verduras, frutas, cereales y todos los mejores productos que dan las tierras.
El No tiene horario ni vacaciones, puentes, domingos ni fiestas su jornada semanal no es de cuarenta sino de ochenta o de noventa, tiene una mujer e hijos a los que casi no puede ver ni de noche ni de día ni alas horas de comer, el lucha por la economía de su casa, pero su palabra o su voz nunca es valida, a el le ponen un bajo precio el lo que el produce y vende, y lo que el tiene que comprar también le ponen su precio solo que al contrario este suele ser caro.
Y sus ganancias se las llevan los que sin dar golpe ni trabajar se enriquecen cada día mas, así pasan las horas, días, meses y los años hasta que llegan los sesenta y cinco y se jubila con una mísera pensión en comparación a el trabajo que ha desempeñado, y no pasando mucho tiempo un día le duele un brazo al otro una pierna y al otro la cadera y se pone en manos de los médicos y con operaciones y medicamentos le quitan la bebida el tabaco y las mejores comidas y su vida se acaba con pocos mas de setenta años.
Y yo me pregunto si alguien ha pensado alguna vez en la vida que llevan y el trabajo que desarrollan estas personas porque si alguien pensase en ellos tendría que hacerles un monumento.
Hoy en día la juventud si la granja del padre o del abuelo no produce no la trabajan y se olvidan de las tradiciones, y de seguir así nos quedamos sin pastores y sin ovejas y sin sus productos de carne, corderos y quesos que tanto nos gustan al consumidor. Par ellos mi gran respeto y admiración.