En la alcarria conquense, a 40 km de Cuenca.

Calle Plaza, 7

Iglesia Parroquial dedicada a San Gil Abad, s.XVI.

Ermita de San Roque, s.XVIII.

Ermita de la Caridad.

Ermita de la Ascensión, románico.

San Gil Abad, 4º sábado de agosto, y día 1 de Septiembre.

Fiestas en honor de la Inmaculada Concepción, 8 de Diciembre.

Semana Santa, sábado de Gloria.

Durante la Semana Santa, es tradiconal la elaboración de dulces como los rolletes, torrijas, flores, melaos, etc.

El viernes Santo, es tradional comer guisado de huevos.

Son numerosas las coplas populares que se cantan en las diferentes fiestas del año como la Pascua, San Isidro, Los Mayos... así como las canciones relacionadas con las tareas del campo siega, recogida de la aceituna, vendimia,... o las relacionadas con su historia más cercana.

Uno de los grandes problemas a la hora de intentar elaborar la historia de nuestro pueblo es la carencia de fuentes históricas y bibliógráficas.
Arrancacepas debió de surgir posiblemente al amparo de la labor reconquistadora y repobladora del Concejo de Cuenca, tras su conquista por las tropas cristianas de Alfonso VIII en 1177, pasando desde este mismo instante a formar parte del amplio término y alfoz (distrito con diferentes pueblos que forman una sola jurisdicción) con que fue dotado el concejo conquense que se encargará, mediante compras y nuevas fundaciones de ampliar el territorio inicialmente cedido por el rey.
Es, por tanto, en el siglo XII cuando Arrancacepas se integra como aldea en las tierras de Cuenca.
El topónimo de Arrancacepas hace clara alusión a su cultivo más extendido, como queda patente en las numerosas cuevas de vino que tenía la población a finales del s. XIX (83 en total, segun documentos conservados).
Durante el siglo XIV parecen alternarse o convivir sobre la aldea, las jurisdicciones del Concejo de Cuenca y de Alvar Garcia de Albornoz muerto en 1378. que figura como señor de Villaseca, Arrancacepas, Sacedón, Villar de Olalla y otras.
Además de Arrancacepas, el sexmo comprende las aldeas de Villar de Domingo García, Albalate de las Nogueras, Villaconejos de Trabaque, Olmedilla de Éliz, BólIiga y Fuentes Buenas.
En el s. XVI, una característica del reinado de Carlos I es la facilidad con que numerosas aldeas adquieren el título y rango de Villa mediante Privilegio Real, a cambio de ciertas cantidades de dinero que las aldeas entregaran a la corona en concepto de compra de tal titulo.
Posiblemente, Arrancacepas obtiene el título de Villa en el siglo XVI, al igual que muchas aldeas, aunque no queda constancia documental de tal hecho.
A finales del siglo XVI (1591), durante el reinado de Felipe II, Arrancacepas aparece como Vil1a de la Tierra de Cuenca, y en el censo que mandó elaborar el monarca se señala que cuenta con 109 vecinos (450 habitantes aproximadamente) de los cuales 106 son pecheros (personas obligadas a pagar rentas o tributos al rey), 2 son hidalgos y uno es clérigo.
Durante toda la Edad Modema y hasta el s. XIX se confirma el descenso de la población, descenso que continua a lo largo del s. XX, de foma que en 1995 sus habitantes son únicamente 39.
Arrancacepas, contó con cinco ermitas, pero sólo se conocen tres nombres: la de la Ascensión al Este, la de la Caridad al Norte y la de San Roque al Oeste.

Además de sus pequeños monumentos, son de interés sus paisajes típicamente alcarreños dibujados por la piedra caliza cuya erosión ha dado lugar a estructuras singulares. La localidad está atravesada por la ruta de senderismo GR-69.
No debe olvidar visitar alguna de las numerosísimas cuevas de vino donde, además de probar los agradables caldos de la tierra, seguro que paarticipará de una conversación amena y agradable.