¿Qué diré de la institución de los hijos, y de la orden de la
familia, y de la buena disposición del cuerpo y del ánimo, sino que todo va por la misma manera? Porque necesaria cosa es que quien anda ausente de su
casa halle en ella muchos desconciertos, que nacen y crecen y toman fuerzas con la ausencia del dueño; y forzoso es, a quien trata de engañar, que te engañen, y que, a quien contrata y se comunica con gentes de ingenio y de
costumbres diversas, se le apeguen muchas malas costumbres.