Comentario
Vemos que la ciudadanía se ha tomado muy en serio las directrices que se han ido dando desde las unidades de cuidados intensivos como son los hospitales, estos nos dan más credibilidad que las medidas políticas que también son necesarias, aunque estas lleguen un poco tarde.
La gente nos ponemos un poco nerviosos ante situaciones desconocidas, aunque esto es la regla de la normalidad, todos cuando vamos a emprender un viaje que nunca antes hemos hecho nos asaltan las dudas, que dicen que es el principio de la sabiduría.
Nos ha tocado vivir esta pandemia (Coronavirus-19) la cual no habíamos vivido nunca con tanta intensidad, como ahora, pues los inviernos por regla general son propicios para coger alguna gripe, que ya prevemos antes y nos vacunamos para evitar el contagio, pero este virus nos ha venido por sorpresa aunque en las altas esferas ya tenían conocimiento de ello, pero al pueblo le ha llegado la información un poco tardía.
Y hemos contactado por propia experiencia que las prisas han venido en unos días, porque hace una semana se proyectaban los anuncios de las grandes manifestaciones desde el propio gobierno, y como pudimos comprobar personal de él iban provistas de guantes de LATEX.
Ahora no son horas de buscar culpables, si no someterse a obediencia por el bien de la colectividad, porque nos jugamos todos mucho, y hay que evitar las negligencias individuales en beneficio de todos.
También esta pandemia nos pone de manifiesto el alcance que nos podía ocurrir si se produjese una conflagración mundial como es una guerra, y que muchos de nuestra generación no hemos vivido. Con la falta de alimentos que se pudieran dar, porque ya lo estamos viendo en carnes propias.
Los humanos somos los animales racionales, que tropezamos dos veces en la misma piedra y no salimos escarmentados nunca, hasta el gato escaldado del agua fría huye, a esto le llamo, tener un sexto sentido.
Esta mañana cuando he ido al supermercado a comprar el pan he visto como muchos ciudadanos llenaban sus carros y dejaban las estanterías vacías, y esto no ha hecho más que empezar, pero la ciudadanía ha cogido miedo, aunque este es libre y cada uno coge el que quiere, pero dicen que un hombre precavido vale por dos.
La alarma social se palpa en el ambiente y no hay que dudar de ello, ni ser muy valiente, todos tenemos nuestros temores, por nosotros y por el medio que nos rodea, ante la gravedad de lo que nos ha tocado vivir.
Desde todos los medios nos llega información, no tenemos nada más que poner la televisión, que por aburrimiento la solemos apagar, porque llega esta a cansarnos.
Reflexión: Leyendo un poco de historia vemos que cada persona reacciona de una forma distinta ante el mismo suceso, y traigo aquí el hecho histórico cuando el 24 de Agosto del año 410 el rey de los godos Alarico entro en Roma por la puerta Salaria, saqueándola a fuego y espada, pues se perdieron infinidad de obras de arte y la gente huía despavorida.
Por aquellas fechas vivían don personajes de gran altura intelectual como fueron el solitario de Belén San Jerónimo, y el africano de Tagaste San Agustín y cada uno de ellos reacciono de diferente manera ante la misma gravedad de los hechos.
San Jerónimo lo daba todo por perdido, y San Agustín aunque reconocía las innumerables pérdidas de la catástrofe, también vio que Roma cayó como pagana y se levantaría como cristiana.
Alarico perdono a todos aquellos que habían pedido asilo en las iglesias cristianas sólo por el amor que le tenía a Cristo su fundador.
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