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BELMONTE (Cuenca)

Palacete del infante don Juan Manuel (foto antigua)

Y como en el hierro encendido no se ve sino fuego, así lo que es hombre casi no será sino Dios, que con su Cristo reinará enseñoreado perfectamente de todos. De cuyo reino, o de la felicidad de este su estado postrero, ¿qué podemos mejor decir que lo que dice el Profeta? «Di alabanzas, hija de Sión; gózate con júbilo, Israel; alégrate y regocíjate de todo tu corazón, hija de Jerusalén; que el Señor dio fin a tu castigo, apartó de ti su azote, retiró tus enemigos el Rey de Israel. El Señor en medio ... (ver texto completo)
habéis alegado, ponen solamente cuatro imperios o monarquías terrenas, y en el hecho de la verdad parece que hay cinco; porque el imperio de los turcos y de los moros, que ahora florece, es diferente de los cuatro pasados, y no menos
que tener en su Iglesia, de quien habla como en figura de una mujer de su casa. En esto postrero, da luz a lo que se ha de creer; en lo primero, enseña lo que se ha de obrar. Y porque aquesto sólo es lo que hace agora a nuestro propósito, por eso hablaremos dello aquí solamente, y procuraremos cuanto nos fuere posible sacar a luz y poner como delante de los ojos todo lo que hay en esta imagen de virtud que Dios aquí pinta. Dice, pues:
Pues digo que en este capítulo, Dios, por la boca de Salomón, por unas mismas palabras hace dos cosas. Lo uno, instruye y ordena las costumbres; lo otro, profetiza misterios secretos. Las costumbres que ordena, son de la casada; los misterios que profetiza, son el ingenio, y las condiciones qu