Comentario
Don Alonso Quijano cogió el harnero y lo lleno de paja de la pajera y la puso en el pesebre y luego fue a por el capazo donde solía dejar la cebada, lo cogió y fue al pesebre y le echo unos puchados, y le dijo mi fiel potranco Rocinante que te criaste en
casa y desde entonces no pasa día que no te vea y te ponga en el pesebre tu
comida.
Rocinante no entendía nada de lo que su ampo le decía lo que si puso atención al pesebre que lo veía otra vez lleno y lo tenía a su alcance. Don
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