La máxima dice: Quien pregunta domina, quien responde obedece.
El periodismo es libre cuando pregunta directamente y saca la verdad de la cabeza del preguntado, porque el preguntado no sabe que le van a preguntar y entonces tiene que improvisar, y si miente lo puede hacer por ignorancia, malicia o porque no se acuerde.
La labor de periodismo es sacar la noticia donde esta se encuentre y darla a conocer a la sociedad con veracidad para que esta pueda emitir su opinión. Por tal motivo algunos periodistas son incómodos cuando hacen una entrevista sin antes a verla pactado con el entrevistador.
Hoy vemos al ejecutivo que no tiene a los periodistas delante para preguntarle, sino que responde a través de un coodinador que previamente ha recogido las preguntas de los periodistas, y en este caso el que va a ser entrevistado puede elegir las preguntas más cómodas del tema que quiere tratar.
Vemos que la mayoría de los oradores llevan corregidas la piezas oratorias que van a dar a conoce, y casi nunca improvisan, porque para esto se necesita una excelente lucidez y una acrisolada memoria para haber retenido la meditación que quiere dar a conocer.
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