COMENTARIO
LA VOZ
Aquel buen hombre lo recuerdo porque todavía le pongo cara, y ha pasado mucho tiempo. Iba al
colegio como otros tantos niños, y su voz potente se escuchaba desde muy lejos. El hombre era de mediana estatura bien compuesta su figura, pero era su voz que anunciaba la mercancía que vendía. Gritando el decía ¡Al palo duz!. Y esta voz en el
pueblos de
Belmonte se oía, porque el eco de ella tropezaba con la paredes. Los niños corrían a sus
casas, a sacarle a sus madres una perra
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