Que será cuando tuviere fin este siglo, y entonces tendrá principio el segundo estado de este gran reino, en el cual, desechadas y olvidadas las armas, sólo se tratará de descanso y de triunfo, y los buenos serán puestos en la posesión de la tierra y del
cielo, y reinará Dios en ellos solo y sin término, que será estado mucho más
feliz y glorioso de lo que ni hablar ni pensar se puede; y del uno y del otro estado escribió
San Pablo maravillosamente aunque con breves palabras.