Pues dice agora el Espíritu Sancto que la primera parte y la primera obra con que la mujer casada se perficiona, es con hacer a su marido confiado y seguro que, teniéndola a ella, para tener su
casa abastada y rica no tiene necesidad de correr la
mar, ni de ir a la guerra, ni de dar sus dineros a logro, ni de enredarse en tratos viles e