Comentario
Aquella
noche la pasaron caballero y escudero de cara a las estrellas y durmieron como angelitos, porque fueron despertados por los cencerros de una
ganadería de
toros bravos y cuando los vieron volvieron a taparse la cabeza mientras la ganadería pasaba por su lado y Sancho dijo que sea lo que Dios quiera.
Rocinante y el Rucio hasta les dio alegría al ver tanto
toro y el mayoral de la ganadería vio los bultos de los que estaban durmiendo y se puso al quite para que no fuesen pisoteados
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