Hola Milagros:
¡Que alegría saber de tí!. Efectivamente, aunque yo era muy pequeño (un güila o chacalín), aún recuerdo aquellas cubas, de ellas se sacaban los aros para jugar, a mí me los hacían mis hermanos mayores con varilla de hierro. Las sardinas arenques se pelaban de la misma forma como tú. En
Belmonte las vendía (entre otros) Modesto, que tenía el negocio en la
Plaza Mayor, junto al
Ayuntamiento. Gracias por refrescarme la memoria. Un beso.
Vicente.