Belmonte es un municipio español de la provincia de
Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Está situado en el punto kilométrico 342 de la
carretera N-420, que va de Cuenca a Alcázar de
San Juan, que es la misma que la de
Córdoba a
Tarragona.
Historia
Las excavaciones realizadas en la
Colegiata en 1976 con motivo del hundimiento de parte del
ábside, pusieron al descubierto las
ruinas de una anterior
iglesia visigótica, tal vez del siglo V, lo que prueba que la población es más antigua de lo imaginado.
Erróneamente en algunos documentos aparece con el nombre de «Las Chozas», cuando resulta que desde siempre se le denominó Bellomonte.
En la Bula del papa Inocencio III a García obispo de Cuenca lo denomina Bellomonte, a causa del
monte que rodeaba al
pueblo.
En 1294 figura en el libro de cuentas del rey Sancho IV entre los
pueblos en los que se recogió moneda para pagar a los caballeros que habían de acompañar a Don Juan Manuel, el futuro Príncipe de Villena, a tierra de
Murcia.
En 1323 comienza a cobrar importancia histórica, pues en el Chronicon domini Joannis Enmanuelis, dice que en 1323 Don Juan Manuel (sobrino de Alfonso X) comenzó a construir las
murallas de «Belmont» y en la misma época construyó el Antiguo Alcázar.
El primer miembro de la
familia Pacheco que fue señor de esta villa fue Juan Fernández Pacheco, a quien se la concedió el rey Enrique III por privilegio firmado en Tordesillas el 16 de mayo de 1398, dándose como razón «por ser persona de gran importancia para la guerra».
El señorío lo heredó su hija María, que se casó con Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña. El matrimonio tuvo dos hijos, Juan Pacheco y Pedro Girón (que nacieron en Belmonte). Heredó el señorío Pedro Girón. El primogénito era Juan Pacheco, primer marqués de Villena, quien ordenó construir el
Castillo de Belmonte en 1456 y la Colegiata de San Bartolomé en las mismas fechas que el castillo.
Entre los siglos XV y XVIII, Belmonte tuvo su época dorada de la cual se conservan numerosos
edificios
Real Privilegio
El rey Pedro I de Castilla, estando en
Sevilla (20-2-1361), la convirtió en villa de realengo y le concedió el privilegio de villazgo. Posteriormente el rey don Enrique II de Castilla, para ganarse su fidelidad, en las cortes de
Burgos (20-2-1367) le concedió el privilegio de villazgo, eximiéndola de la jurisdicción de Alarcón y concediéndole el mismo fuero que el que tenían los vecinos del Castillo de Garcimuñoz. "E que la dicha villa de Belmonte que hayades por fuero el Fuero de las Leyes que usan en la villa del Castiello. 3Todo esto fue muy importante para convertir Belmonte en uno de los pueblos más importantes de la provincia y se le nombró Cabeza de Partido de toda la comarca, porque allí se encontraban todas las administraciones principales.