Hola Agustín
Gracias por tus palabras. Precisamente, la frase de Eufra7 está llena de caridad, eso me parece muy bien. No obstante en estos casos no es razonable. La propuesta es así "El que menos tiene es el que menos sufre, porque menos pierde"
Los dueños de hoteles y fincas de esa zona se quedaron sin propiedades y los empleados sin empleo. Ahora los bancos refinancian a los que eran buenos clientes para que reconstruyan sus hoteles y fincas en otras zonas. Los empleados conseguirán nuevos empleos y los que han muerto ya no sienten nada.
Una muestra: acabo de ojear el periódico y viene la siguiente noticia. "El empleado de un hotel les cobró setecientos dólares a cada turista para facilitarles el rescate". En este caso ¿quién merece lástima? El rico turista que tiene dinero para viajar o el pobre empleado que sólo posee la fuerza de su humilde trabajo?
Aquí hay muchos indigentes deambulando por las calles, estienden la mano y dicen que tienen hambre. Son admirables porque se oponen rotundamente a ser explotados por los capitalistas, por eso se niegan a trabajar. El trabajo esclaviza al hombre. ¿Estos mendigos son dignos de lástima?. ¿Son mejores personas los que los mantienen dándoles limosnas?. Estos pobrecitos (lo he observado), cuando reúnen determinada cantidad, compran botellas de licor o piedras de "crack" para drogarse.
Bueno dejemos de filosofar porque eso no conduce a nada.
Saludos
Vicente
Gracias por tus palabras. Precisamente, la frase de Eufra7 está llena de caridad, eso me parece muy bien. No obstante en estos casos no es razonable. La propuesta es así "El que menos tiene es el que menos sufre, porque menos pierde"
Los dueños de hoteles y fincas de esa zona se quedaron sin propiedades y los empleados sin empleo. Ahora los bancos refinancian a los que eran buenos clientes para que reconstruyan sus hoteles y fincas en otras zonas. Los empleados conseguirán nuevos empleos y los que han muerto ya no sienten nada.
Una muestra: acabo de ojear el periódico y viene la siguiente noticia. "El empleado de un hotel les cobró setecientos dólares a cada turista para facilitarles el rescate". En este caso ¿quién merece lástima? El rico turista que tiene dinero para viajar o el pobre empleado que sólo posee la fuerza de su humilde trabajo?
Aquí hay muchos indigentes deambulando por las calles, estienden la mano y dicen que tienen hambre. Son admirables porque se oponen rotundamente a ser explotados por los capitalistas, por eso se niegan a trabajar. El trabajo esclaviza al hombre. ¿Estos mendigos son dignos de lástima?. ¿Son mejores personas los que los mantienen dándoles limosnas?. Estos pobrecitos (lo he observado), cuando reúnen determinada cantidad, compran botellas de licor o piedras de "crack" para drogarse.
Bueno dejemos de filosofar porque eso no conduce a nada.
Saludos
Vicente