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BELMONTE: ¡Ay!, mi querido m. r....

¡Ay!, mi querido m. r.

Ahora si que me tienes confundido. Cuando eras joven corrías con los grises, unas veces por delante y otras veces por detrás. Todo en nombre de la libertad de expresión, de pensamiento y otros nobles ideales.

Ahora tú asumes el cargo de dictador y decides como tenemos que pensar y lo que debemos hacer. Sospecho que en tus correrías de estudiante atraspate el virus de la dictadura.
¿Has olvidado tus ideales?, espero que no porque yo te estimo y te considero una persona sensata.

A veces creo que tienes una doble personalidad. Es cuestión de que le pongas un poco de atención a los pequeños detalles. A veces pareces MR y otras mr.

Saludos
Vicente