Comentario a esta fotografía
Estamos precisamente en la calle que más recuerdos me trae a la memoria ya que fue donde nací Calle de San Francisco de Borja número 12, por cierto esta calle quedo pintada por un japonés y dono el cuadro al Ilustre Ayuntamiento de la villa de Belmonte y un servidor en unas vacaciones lo vi en el primer descanso de la escalera colgado.
Cuando se llevaron a cabo las obras en el ayuntamiento se conoce que lo trasladaron a otro lugar, porque yo no lo vi, y pregunte alguna persona y me dijeron que no sabían dónde podía estar el dicho cuadro.
Pues en el venia pintada la casa en la cual vivimos mucho tiempo esta casa y el horno que hay enfrente (el Horno de la Villa) hoy también desaparecido pertenecía al Hospital de San Andrés junto con las tierra que tiene el hospital para repartir pan a los pobres.
De esta calle y desde mi casa todos los días partía ilusionado al colegio hasta que a temprana edad tuve que ponerme a trabajar, ya me hubiera gustado seguir los estudios pero en aquel tiempo era imposible, había que ayudar al jornal de mi padre que más bien era bajo.
Pero nunca me falto la ilusión de querer aprender lo que otros sabían.
Del poeta de Belmonte
Estamos precisamente en la calle que más recuerdos me trae a la memoria ya que fue donde nací Calle de San Francisco de Borja número 12, por cierto esta calle quedo pintada por un japonés y dono el cuadro al Ilustre Ayuntamiento de la villa de Belmonte y un servidor en unas vacaciones lo vi en el primer descanso de la escalera colgado.
Cuando se llevaron a cabo las obras en el ayuntamiento se conoce que lo trasladaron a otro lugar, porque yo no lo vi, y pregunte alguna persona y me dijeron que no sabían dónde podía estar el dicho cuadro.
Pues en el venia pintada la casa en la cual vivimos mucho tiempo esta casa y el horno que hay enfrente (el Horno de la Villa) hoy también desaparecido pertenecía al Hospital de San Andrés junto con las tierra que tiene el hospital para repartir pan a los pobres.
De esta calle y desde mi casa todos los días partía ilusionado al colegio hasta que a temprana edad tuve que ponerme a trabajar, ya me hubiera gustado seguir los estudios pero en aquel tiempo era imposible, había que ayudar al jornal de mi padre que más bien era bajo.
Pero nunca me falto la ilusión de querer aprender lo que otros sabían.
Del poeta de Belmonte