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MR
La anécdota no ha sido inventada, es verídica. Esa habilidad de ser cínico es una práctica adquirida, verás: mi madre se vió obligada a meterme en el Orfanato de Carabanchel, gracias a una oportunidad, con la intención de que no muriera de anemia y me desasnaran.
En esa institución benéfica, según decían los auxiliares que nos manejaban, era una bondad del Caudillo de España por la gracia de Dios (no brinques), teníasmos que contestar a todo de una forma convincente y rápida; de no hacerlo te ganabas un guantazo. En la mili era lo mismo, pero el guantazo se sentía menos porque ya estabas curtido.
Hilarión Eslava. Ahí era donde daba la vueltra el tranvía Moncloa-Paraninfo. La Librería Paraninfo estaba en la antigua Plaza de la Moncloa, tal vez fuiste al Circo Atlas, allí lo instalaban. Quizá fuiste a practicar el tiro al blanco con escopetas de aire comprimido y balines de plomo.
Un domingo decidí ir andando a Somontes, me fuí por la Universidad, por la acera izquierda. Había un seto y unos árboles de almendro que extendían sus ramas sobre la acera. A la altura del segundo edificio extendí el brazo y cogí un almendruco verde (sin salir de la acera).
En ese momento salió del seto un guarda de la Universidad, me acusó de latrocinio y me llevó a la comisaría que creo recordar estaba en el primer edificio. Llegamos los dos, informó a otro sobre mi delito y me dijeron que estaba detenido. Me senté en un banco a esperar. A los cinco minutos les dije que tenía hambre y que al día siguiente tenía que estar en el cuartel. Cinco minutos después dijeron que me fuera. El baño en Somontes fué placentero.
Me imagino tu angustia al salir del pueblo y llegar a Madrid, con tantos coches y aquel laberinto de calles. No obstante Argüelles era bonito, podías ir al Parque del Oeste, ir a la pista de patines que había debajo de Rosales, bañarte a escondidas en la piscina La Campana del Colegio Nebrija. En fín, tenía sus atractivos.
Saludos
Vicente
La anécdota no ha sido inventada, es verídica. Esa habilidad de ser cínico es una práctica adquirida, verás: mi madre se vió obligada a meterme en el Orfanato de Carabanchel, gracias a una oportunidad, con la intención de que no muriera de anemia y me desasnaran.
En esa institución benéfica, según decían los auxiliares que nos manejaban, era una bondad del Caudillo de España por la gracia de Dios (no brinques), teníasmos que contestar a todo de una forma convincente y rápida; de no hacerlo te ganabas un guantazo. En la mili era lo mismo, pero el guantazo se sentía menos porque ya estabas curtido.
Hilarión Eslava. Ahí era donde daba la vueltra el tranvía Moncloa-Paraninfo. La Librería Paraninfo estaba en la antigua Plaza de la Moncloa, tal vez fuiste al Circo Atlas, allí lo instalaban. Quizá fuiste a practicar el tiro al blanco con escopetas de aire comprimido y balines de plomo.
Un domingo decidí ir andando a Somontes, me fuí por la Universidad, por la acera izquierda. Había un seto y unos árboles de almendro que extendían sus ramas sobre la acera. A la altura del segundo edificio extendí el brazo y cogí un almendruco verde (sin salir de la acera).
En ese momento salió del seto un guarda de la Universidad, me acusó de latrocinio y me llevó a la comisaría que creo recordar estaba en el primer edificio. Llegamos los dos, informó a otro sobre mi delito y me dijeron que estaba detenido. Me senté en un banco a esperar. A los cinco minutos les dije que tenía hambre y que al día siguiente tenía que estar en el cuartel. Cinco minutos después dijeron que me fuera. El baño en Somontes fué placentero.
Me imagino tu angustia al salir del pueblo y llegar a Madrid, con tantos coches y aquel laberinto de calles. No obstante Argüelles era bonito, podías ir al Parque del Oeste, ir a la pista de patines que había debajo de Rosales, bañarte a escondidas en la piscina La Campana del Colegio Nebrija. En fín, tenía sus atractivos.
Saludos
Vicente
Cuando un hombre habla de lo que ha vivido siempre habla con el corazón en la mano.