Y porque la perfectión del hombre, en cualquier estado o negocio de aquellos a quien se aplica, consiste principalmente en el bien obrar, por eso el Espíritu Sancto no pone aquí por parte desta perfectión de que habla sino solamente las obras loables a que está obligada la casada que pretende ser buena; y la primera es que ha de engendrar en el corazón de su marido una gran confianza; pero es de ver cuál sea y de qué esta