- y con honra la ha de levantar y animar, para que siempre conciba pensamientos honrosos. Y pues la mujer, como arriba dijimos, se dió al hombre para alivio de sus trabajos, y para reposo y dulzura y regalo, la misma razón y naturaleza pide que sea tratada dél dulce y regaladamente; porque ¿a dó se consiente que desprecie ninguno a su alivio, ni que enoje a su descanso, ni que traiga guerra perpetua y sangrienta con lo que tiene nombre y oficio de paz? O ¿en qué razón se permite que esté ella obligada a pagarle servicio y contento, y que él se desobligue de merecérselo?