Llegada a la capital
Todos salimos con mucha ilusión del pueblo y mas aquellos que traían ya un destino de trabajo que habían apañado estando en la mili, porque esta también da alguna facilidad para encontrar trabajo una vez que te licencias, en la mili también salen cursillos de muchas especialidades y hay quien prefiere asistir a ellos en vez de seguir durmiendo en la colchoneta.
Parece una broma pero es una realidad lo primero que aprende uno al llegar a la capital es lo más fácil, y preguntar donde está el barrio chino esto a la mayoría que viene del pueblo le pica la curiosidad, por aquellas fechas estos lugaesr eran hervideros de gente que iba y venía frecuentando lo lupanares o bares.
Es una realidad que no hay porque ocultarla cuando esta hay y sigue estando de actualidad, los hay que enseguida desisten de ella porque ven que el dinero se les va de las manos y cuesta mucho ganarlo, así que les da por emprende otros caminos que cuestan más pero al final se ve el provecho, pero hay que sacrificarse y quitar horas al sueño.
Las empresas por aquel tiempo pedían gente formada en alguna especialidad para ocupar plazas donde hacía falta personal, y algunos jóvenes estaban familiarizados con estas especialidades y salian de algunos puestos más penosos a otros de trabajo más suaves relacionados con la especialidad que se exigía.
Pero el afán de todo muchacho que venía era trabajar para ganar dinero porque la novia la había dejado en el pueblo y tenía ganas de casarse y para ello se necesitaba dinero y esto le obligaba a buscarse otro taller donde pudiera echar horas extraordinarias, esto era así.
También había otros que por motivos familiares tenían que mandar dinero a casa porque la situación era precaria y había que arrimar el hombre, la vida hay que seguirla y hacerle frente como viene.
Otros emprendieron el camino de los estudios para estar preparados para cuando llegara la ocasión, y es que los estudios nunca vienen mal porque el que está preparado cuando se le brinda la ocasión puede aprovecharla
Todos salimos con mucha ilusión del pueblo y mas aquellos que traían ya un destino de trabajo que habían apañado estando en la mili, porque esta también da alguna facilidad para encontrar trabajo una vez que te licencias, en la mili también salen cursillos de muchas especialidades y hay quien prefiere asistir a ellos en vez de seguir durmiendo en la colchoneta.
Parece una broma pero es una realidad lo primero que aprende uno al llegar a la capital es lo más fácil, y preguntar donde está el barrio chino esto a la mayoría que viene del pueblo le pica la curiosidad, por aquellas fechas estos lugaesr eran hervideros de gente que iba y venía frecuentando lo lupanares o bares.
Es una realidad que no hay porque ocultarla cuando esta hay y sigue estando de actualidad, los hay que enseguida desisten de ella porque ven que el dinero se les va de las manos y cuesta mucho ganarlo, así que les da por emprende otros caminos que cuestan más pero al final se ve el provecho, pero hay que sacrificarse y quitar horas al sueño.
Las empresas por aquel tiempo pedían gente formada en alguna especialidad para ocupar plazas donde hacía falta personal, y algunos jóvenes estaban familiarizados con estas especialidades y salian de algunos puestos más penosos a otros de trabajo más suaves relacionados con la especialidad que se exigía.
Pero el afán de todo muchacho que venía era trabajar para ganar dinero porque la novia la había dejado en el pueblo y tenía ganas de casarse y para ello se necesitaba dinero y esto le obligaba a buscarse otro taller donde pudiera echar horas extraordinarias, esto era así.
También había otros que por motivos familiares tenían que mandar dinero a casa porque la situación era precaria y había que arrimar el hombre, la vida hay que seguirla y hacerle frente como viene.
Otros emprendieron el camino de los estudios para estar preparados para cuando llegara la ocasión, y es que los estudios nunca vienen mal porque el que está preparado cuando se le brinda la ocasión puede aprovecharla