Hoy día 24 de Agosto festividad de San Bartolomé apóstol de Cristo
Patrón de la villa de Belmonte de Cuenca
Hay una frase antigua que decía “Quien para San Bartolomé no haya terminado de era agua en él”. Y es que los veranos solían alargarse ya que todo se hacía a mano, y se trillaba con la trilla de pedernales, hasta llegar a moler el pajón, y convertirlo en paja que era el alimento de las caballerías junto con la cebada
Por aquellas fechas era muy corriente llevarle la merienda al trillador que casi siempre era ó bien un tomate con pan ó un pepino, y la hora de la merienda siempre era la misma a las 6 de la tarde, después de esta hora se allegaba la parva, que consistía en recoger lo trillado en un pez ó montón, esto se hacía con el palo de allegar y la mula tirando del.
Por aquel tiempo se esperaba el aire solano por la mañana para aventar que consistía en separar la paja del grano, la hora de comenzar aventar era las 5 de la mañana y duraba hasta el almuerzo que venía haciéndose a las 9 de la mañana, lo típico para el almuerzo era dos huevos con patatas alargadas fritas y algún chorizo, también en las casas se guardaba tajadas de tocino a medio refreír en un búcaro y luego se refreían y estaban muy buenas
Después si se había aventado trigo había que cribarlo con una criba personal, en las casas grandes tenían una criba grande y era manejada por dos labriegos, las faenas agrícolas del verano eran muy pesadas y las gente pasaba muchas penurias, todo esto con el tiempo ha sido cambiado, ahora son las máquinas las que hacen la cosecha.
Los tiempos han traído nuevas tecnologías y otras formas de hacer las cosas para liberar al hombre de los trabajos más pesados, hoy las eras no existen todas han sido edificadas y la cosechadora hace toda la faena agrícola y cuando se trae el grano a la casa viene limpio, también se lleva parte de él grano al SILO, donde es almacenado.
Toda esta tecnología se ha ido desarrollando hasta llegar a la perfección en la cual nos encontramos, las primeras aventadoras eran de manivela y había que darle vueltas para que las cribas se moviesen y separase la paja del grano. Luego se les puso un motor ó bien de gasolina o eléctrico.
Claro que todos estos adelantos han ido creando un paro de mano de obra que ha tenido que inmigran a las grandes capitales donde se han concentrado todas las fábricas y los pueblos han quedado vacios.
La juventud que no tiene posibilidades de emplease como autónomo tiene que buscarse la vida por otra parte fuera del pueblo, esto es un mal que va costar erradicar muchos pueblos estan quedándose vacios.
Los ciudadanos de la posguerra también las pasaron canutas porque tuvieron que salir de sus pueblos a trabajar a las grandes ciudades donde venia comenzando la industrialización y tenían que acostumbrase a los turnos de ocho horas de trabajo, estos turnos eran rotativos mañana, tarde y noche, a mas había que buscarse pensión, y lo más corriente era estar de mastresa en una casa particular.
Todo esto suponía un calvario, pero cuando se es joven pesan poco las cosas, pero supuso un sacrificio ya que estabas acostumbrado a ver el sol y aquí en la capital entrabas por la mañana y salías de noche, el turno era de doce horas.
Ahora vemos que las nuevas generaciones tienen estudios, pero les cuenta mucho trabajo encontrar un puesto donde puedan desarrollar los estudios que han realizado..
Aquí lo dejo
Patrón de la villa de Belmonte de Cuenca
Hay una frase antigua que decía “Quien para San Bartolomé no haya terminado de era agua en él”. Y es que los veranos solían alargarse ya que todo se hacía a mano, y se trillaba con la trilla de pedernales, hasta llegar a moler el pajón, y convertirlo en paja que era el alimento de las caballerías junto con la cebada
Por aquellas fechas era muy corriente llevarle la merienda al trillador que casi siempre era ó bien un tomate con pan ó un pepino, y la hora de la merienda siempre era la misma a las 6 de la tarde, después de esta hora se allegaba la parva, que consistía en recoger lo trillado en un pez ó montón, esto se hacía con el palo de allegar y la mula tirando del.
Por aquel tiempo se esperaba el aire solano por la mañana para aventar que consistía en separar la paja del grano, la hora de comenzar aventar era las 5 de la mañana y duraba hasta el almuerzo que venía haciéndose a las 9 de la mañana, lo típico para el almuerzo era dos huevos con patatas alargadas fritas y algún chorizo, también en las casas se guardaba tajadas de tocino a medio refreír en un búcaro y luego se refreían y estaban muy buenas
Después si se había aventado trigo había que cribarlo con una criba personal, en las casas grandes tenían una criba grande y era manejada por dos labriegos, las faenas agrícolas del verano eran muy pesadas y las gente pasaba muchas penurias, todo esto con el tiempo ha sido cambiado, ahora son las máquinas las que hacen la cosecha.
Los tiempos han traído nuevas tecnologías y otras formas de hacer las cosas para liberar al hombre de los trabajos más pesados, hoy las eras no existen todas han sido edificadas y la cosechadora hace toda la faena agrícola y cuando se trae el grano a la casa viene limpio, también se lleva parte de él grano al SILO, donde es almacenado.
Toda esta tecnología se ha ido desarrollando hasta llegar a la perfección en la cual nos encontramos, las primeras aventadoras eran de manivela y había que darle vueltas para que las cribas se moviesen y separase la paja del grano. Luego se les puso un motor ó bien de gasolina o eléctrico.
Claro que todos estos adelantos han ido creando un paro de mano de obra que ha tenido que inmigran a las grandes capitales donde se han concentrado todas las fábricas y los pueblos han quedado vacios.
La juventud que no tiene posibilidades de emplease como autónomo tiene que buscarse la vida por otra parte fuera del pueblo, esto es un mal que va costar erradicar muchos pueblos estan quedándose vacios.
Los ciudadanos de la posguerra también las pasaron canutas porque tuvieron que salir de sus pueblos a trabajar a las grandes ciudades donde venia comenzando la industrialización y tenían que acostumbrase a los turnos de ocho horas de trabajo, estos turnos eran rotativos mañana, tarde y noche, a mas había que buscarse pensión, y lo más corriente era estar de mastresa en una casa particular.
Todo esto suponía un calvario, pero cuando se es joven pesan poco las cosas, pero supuso un sacrificio ya que estabas acostumbrado a ver el sol y aquí en la capital entrabas por la mañana y salías de noche, el turno era de doce horas.
Ahora vemos que las nuevas generaciones tienen estudios, pero les cuenta mucho trabajo encontrar un puesto donde puedan desarrollar los estudios que han realizado..
Aquí lo dejo