Comentario
Vamos hacerle el comentario a este entremiso que no eran más que un tablón donde llevaba las estrías dibujadas de la parte inferior del queso que se hacía manual, encima se ponía un rulo de pleita quesera que era de esparto de diecisiete ramales o sea que era pleita ancha y normalmente se hacia un rulo y este llevaba una trenza de tres ramales para atar el rollo de pleita, normalmente en este tablón se hacían los quesos de dos kilos.
Luego en los rulos de pleita se echaba la cuajada la cual se apretaba con las manos para que diera el suero el cual corría por la hendidura que el tablón tenía en los laterales hasta llegar al extremo el cual bajaba hasta el cubo que se ponía para recoger el suero, la cuajada se apretaba bien hasta llenar el rulo de pleita y encima se ponía otra tapadera de madera con la estrías marcada y encima se le ponía una pesa que a veces era una piedra tallada.
El queso una vez escurrido se desliaba la pleita y pasaba al lavadero que era agua con sal y luego se ponía a secar hasta su curación para la venta. La pleita se lavaba bien y serbia para otras veces
Vamos hacerle el comentario a este entremiso que no eran más que un tablón donde llevaba las estrías dibujadas de la parte inferior del queso que se hacía manual, encima se ponía un rulo de pleita quesera que era de esparto de diecisiete ramales o sea que era pleita ancha y normalmente se hacia un rulo y este llevaba una trenza de tres ramales para atar el rollo de pleita, normalmente en este tablón se hacían los quesos de dos kilos.
Luego en los rulos de pleita se echaba la cuajada la cual se apretaba con las manos para que diera el suero el cual corría por la hendidura que el tablón tenía en los laterales hasta llegar al extremo el cual bajaba hasta el cubo que se ponía para recoger el suero, la cuajada se apretaba bien hasta llenar el rulo de pleita y encima se ponía otra tapadera de madera con la estrías marcada y encima se le ponía una pesa que a veces era una piedra tallada.
El queso una vez escurrido se desliaba la pleita y pasaba al lavadero que era agua con sal y luego se ponía a secar hasta su curación para la venta. La pleita se lavaba bien y serbia para otras veces