
Comentario
Aquella noche estuvo don Alonso Quijano velando su armas y ya de madrugada cuando los arrieros fueron a que abrevaran sus borricos salió el ventero y don Alonso le pregunto que si había descansado su cabalgadura a lo cual respondió el ventero que después de haberse comido todo lo que le puso en el pesebre se echo a descansar y el ventero le había quitado el cabezal para que Rocinante se encontrara a sus anchas.
Don Alonso le pago al ventero lo que le debía aunque este se resistía de no quererle cobrar pero por fin hicieron un arreglo y el ventero le cobro media pensión por Rocinante que había comido paja y cebada, Don Alonso a más de velar las armas estuvo pensando que un hidalgo no podía llevar a realizar cualquier hazaña sino llevaba un escudero, y con esta idea después de preparar a Rocinante monto en su cabalgadura y volvió a su pueblo para buscar el escudero más idóneo, el hizo memoria y lo primero que se le vino a la mente fue un tal Sancho que había dado varios jornales en casa de don Alonso Quijano.
Cuando don Alonso Quijano llego a las portadas de su corral las encontró medio entornadas y no tuvo más que empujarlas y estas se abrieron y entro a el corral montado en Rocinante y una vez dentro descabalgo le quito la montura a Rocinante y lo paso a la cuadra para que descansara porque había dado algún trote con señal de cansancio y esto le llevo a pensar a don Alonso Quijano que el ventero no le había dicho toda la verdad.
Luego don Alonso Quijano salió al corral y fue a cerrar las portadas que con el aire estaban abiertas de par en par. Después de esto se encerró en su cuartucho y cogió otra vez el libro y fue a la página donde estaba escrito que todo caballero debía coger a un hombre honrado y valiente para que le sirviera de escudero, entonces se acordó de Sancho y lo hizo llamar a través de su ama de llaves.
Sancho que en aquellos momentos estaba limpiando al Rucio fue avisado por Sanchica su mujer de que estaba en su casa el ama de llaves de don Alonso Quijano y que este lo llamaba para que se presentara ante él a la mayor brevedad posible, Sancho que tenía muchos defectos pero en esto de la obediencia era muy cumplidor dejo lo que estaba haciendo y se puso en camino a casa de don Alonso Quijano, Sancho iba pensando por el camino que sería para ir a trabajar a los campos de don Alonso Quijano
Pero cuando el ama de llaves llego a la casa acompañada por Sancho esta le dijo que don Alonso Quijano estaba en el cuartucho, y allí de dirigió Sancho que entro sin pedir permiso cosa que don Alonso Quijano se lo reprocho diciéndole que un escudero tenía que tener buenos modales y llamar a la puerta de su benefactor,
Don Alonso Quijano tenía el libro entre las piernas y se le cayó y Sancho enseguida fue a recogerlo y don Alonso Quijano le dijo temprano empiezas hacer la buenas obras como corresponde a tal escudero que servirá a el hidalgo que la historia recordara por sus grandes hazañas. Don Alonso se entretuvo a explicarle para lo que le había llamado y que ganancias sacaría de tan responsable puesto como escudero de Don Quijote de la Mancha como se haría llamar desde aquel día en adelante,
Entonces le dijo Sancho que cuando emprenderían el viaje a lo que don Quijote le contesto que mañana antes de la salida del Sol y en eso quedaron
Aquella noche estuvo don Alonso Quijano velando su armas y ya de madrugada cuando los arrieros fueron a que abrevaran sus borricos salió el ventero y don Alonso le pregunto que si había descansado su cabalgadura a lo cual respondió el ventero que después de haberse comido todo lo que le puso en el pesebre se echo a descansar y el ventero le había quitado el cabezal para que Rocinante se encontrara a sus anchas.
Don Alonso le pago al ventero lo que le debía aunque este se resistía de no quererle cobrar pero por fin hicieron un arreglo y el ventero le cobro media pensión por Rocinante que había comido paja y cebada, Don Alonso a más de velar las armas estuvo pensando que un hidalgo no podía llevar a realizar cualquier hazaña sino llevaba un escudero, y con esta idea después de preparar a Rocinante monto en su cabalgadura y volvió a su pueblo para buscar el escudero más idóneo, el hizo memoria y lo primero que se le vino a la mente fue un tal Sancho que había dado varios jornales en casa de don Alonso Quijano.
Cuando don Alonso Quijano llego a las portadas de su corral las encontró medio entornadas y no tuvo más que empujarlas y estas se abrieron y entro a el corral montado en Rocinante y una vez dentro descabalgo le quito la montura a Rocinante y lo paso a la cuadra para que descansara porque había dado algún trote con señal de cansancio y esto le llevo a pensar a don Alonso Quijano que el ventero no le había dicho toda la verdad.
Luego don Alonso Quijano salió al corral y fue a cerrar las portadas que con el aire estaban abiertas de par en par. Después de esto se encerró en su cuartucho y cogió otra vez el libro y fue a la página donde estaba escrito que todo caballero debía coger a un hombre honrado y valiente para que le sirviera de escudero, entonces se acordó de Sancho y lo hizo llamar a través de su ama de llaves.
Sancho que en aquellos momentos estaba limpiando al Rucio fue avisado por Sanchica su mujer de que estaba en su casa el ama de llaves de don Alonso Quijano y que este lo llamaba para que se presentara ante él a la mayor brevedad posible, Sancho que tenía muchos defectos pero en esto de la obediencia era muy cumplidor dejo lo que estaba haciendo y se puso en camino a casa de don Alonso Quijano, Sancho iba pensando por el camino que sería para ir a trabajar a los campos de don Alonso Quijano
Pero cuando el ama de llaves llego a la casa acompañada por Sancho esta le dijo que don Alonso Quijano estaba en el cuartucho, y allí de dirigió Sancho que entro sin pedir permiso cosa que don Alonso Quijano se lo reprocho diciéndole que un escudero tenía que tener buenos modales y llamar a la puerta de su benefactor,
Don Alonso Quijano tenía el libro entre las piernas y se le cayó y Sancho enseguida fue a recogerlo y don Alonso Quijano le dijo temprano empiezas hacer la buenas obras como corresponde a tal escudero que servirá a el hidalgo que la historia recordara por sus grandes hazañas. Don Alonso se entretuvo a explicarle para lo que le había llamado y que ganancias sacaría de tan responsable puesto como escudero de Don Quijote de la Mancha como se haría llamar desde aquel día en adelante,
Entonces le dijo Sancho que cuando emprenderían el viaje a lo que don Quijote le contesto que mañana antes de la salida del Sol y en eso quedaron