BELMONTE: Comentario...

Comentario

Don Quijote y su escudero Sancho aquella mañana después de un breve refrigerio salieron con dirección a Sierra Morena y todo el día estuvieron a lomos de sus cabalgaduras hasta que Rocinante vino a tropezar cayendo don Quijote a tierra con tan mala suerte que quedo aplastado con el peso de su armadura el escudo y la lanza le dio un golpe en la cabeza.

Sancho se bajo del Rucio y fue auxiliar a su señor don Quijote que yacía en el suelo y no se podía mover porque los pies quedaron aplastados por la montura de Rocinante, lo primero que hizo Sancho fue levantar a Rocinante para que su señor se pudiese levantar y esto salió bien, pero luego don Quijote tenia la frente llena de sangre, pero Sancho lo limpio con un trapo que llevaba en las alforjas y vio que no era más que un arañazo sin más importancia.

Pero don Quijote le dijo, mil gracias Sancho te dé el cielo, porque acabas de sacarme de este atropello que por culpa de Rocinante he dado con la armadura en el suelo, Sancho lo conforto diciéndole que no había sido nada solo un rasguño, pero había que descansar más que por ellos era por Rocinante que al parecer iba cansado.

Don Quijote le dijo a Sancho lo que me parece es que no ha bebido agua suficiente esta mañana y está más flaco que de costumbre, en esto que vieron unos pastores con sus rebaños y don Quijote estuvo presto para ponerse las armadura cogió el escudo y después la lanza, pero vio al instante que aunque quisiera haber ido a detener aquellos caballeros con sus ejércitos no hubiera podido debido que Rocinante no se podía ni mover.

Pero Sancho calmo a don Quijote diciéndole pero mi amo levántese la vacía que le regalo el barbero y que lleva de sombrero para protección de la cabeza y mire bien porque no son nobles con sus ejércitos, si no pastores que van con sus rebaños por el camino que vamos nosotros y se dirigen a Sierra Morena donde a partir de los Santos pasan el invierno hasta llegar la primavera que vuelven otra vez a los pastos que se dejaron en el barbecho.

Cuando llegaron los pastores a donde estaban don Quijote y Sancho Panza lo primero que hizo este después de saludarlos es que si había un pozo cerca para abrevar a sus cabalgaduras y los pastores le indicaron uno que no caía muy lejos de donde estaban, y se despidieron de Sancho y de don Quijote.