Comentario
Cuando llegaron a la tienda de comestibles don Quijote se quedo con Rocinante y el Rucio en la puerta de la tienda de comestibles y Sancho entro con las alforjas vacías pensando en
llenarlas pues llevaba la bolsa del dinero que don Quijote le había dado, Sancho compro una ristra de ajos cebollas, unos chorizos, butifarras, morcillas, tocino entre-gordo y magro, pregunto que si vendían vino que le llenaran la bota, también compro dos hogazas de pan y compro una pescada salada, estuvo cargando las alforjas hasta que las lleno. Luego pago y se despidió del tendero.
Al salir le devolvió la bolsa a don Quijote con los los dineros que habían sobrado de la compra, cargo las alforjas en el Rucio y le dijo a don Quijote que ya se podían ir que la compra estaba hecha, don Quijote le dijo a Sancho que le ayudara a montar en Rocinante cosa que hizo al momento, y luego el monto en el Rucio y salieron al camino con dirección a Sierra Morena, iban los dos muy callados, pero los saco de su silencio el aullido de un lobo que merodeaba por aquellos matorrales, Rocinante hizo alarde de espantarse pero don Quijote lo sujeto por la brida y no paso de ahí.
Cuando llegaron a la tienda de comestibles don Quijote se quedo con Rocinante y el Rucio en la puerta de la tienda de comestibles y Sancho entro con las alforjas vacías pensando en
llenarlas pues llevaba la bolsa del dinero que don Quijote le había dado, Sancho compro una ristra de ajos cebollas, unos chorizos, butifarras, morcillas, tocino entre-gordo y magro, pregunto que si vendían vino que le llenaran la bota, también compro dos hogazas de pan y compro una pescada salada, estuvo cargando las alforjas hasta que las lleno. Luego pago y se despidió del tendero.
Al salir le devolvió la bolsa a don Quijote con los los dineros que habían sobrado de la compra, cargo las alforjas en el Rucio y le dijo a don Quijote que ya se podían ir que la compra estaba hecha, don Quijote le dijo a Sancho que le ayudara a montar en Rocinante cosa que hizo al momento, y luego el monto en el Rucio y salieron al camino con dirección a Sierra Morena, iban los dos muy callados, pero los saco de su silencio el aullido de un lobo que merodeaba por aquellos matorrales, Rocinante hizo alarde de espantarse pero don Quijote lo sujeto por la brida y no paso de ahí.